Estuve con esta chica hace un par de años por lo menos. No sabía que tenía hilo de experiencias aquí, así que aunque tarde, os cuento mi expe ahora que soy forero por si le sirve a alguno.
En uno de mis viajes a Madrid vi su anuncio (lo tenía en la sección de masajes eróticos y me extrañó), decidí llamarla (muy mal al teléfono) y concreté la cita en un apartamento. La tarifa fue 60 euros.
Iba con miedo por su actitud tanto al teléfono, como al principio de la cita. Me pareció desconfiada y pensé que la había cagado como otras veces que no hay feeling y quieres salir de allí cuanto antes.
Una vez le pago y nos duchamos, la cosa cambia. Ella es una profesional (en el buen sentido) y sabe lo que tiene que hacer. Ya más tranquilos los dos (yo estaba nervioso porque no la conocía), comienza con el masaje francés, primero suave y después más intenso. Digamos que lo hace "bien".
Tumbado en la camilla, la dejo que siga, hasta que ella nota que es el momento de dejar el masaje francés y empezar con el masaje completo.
No sé cómo lo notó, pero os juro que cinco segundos después se lo iba a proponer yo. Fue sincronizado. No me hizo falta decirle nada.
Aprovechó que yo estaba tumbado boca arriba, para subirse encima y empezar más dura y en natural. Aquí creo que disfrutó más ella que yo, porque se movía muy fuerte.
Por momentos era bastante brusca, pero creo, sinceramente, que ella buscaba quedar bien (me pareció genial, de verdad), así que, aunque a mí me hubiera gustado cambiar de posición rápidamente, decidí seguir así un rato más, porque si ella está a gusto a mí me sube la moral y me lo paso mejor. Recuerdo perfectamente que me dolía todo con gusto, incluso al día siguiente.
Un rato después, ya sí cambié de postura nuevo ritmo más suavecito, que es lo que quería.
Para acabar, nuevo cambio de posición, porque quería terminar echando la mitad de mis tensiones dentro y la otra mitad por fuera. Después ducha y hablamos tranquilamente un rato, aunque pasaban ya unos minutillos.
Recuerdo que, cuando terminamos, ella estuvo muy sonriente y relajada hasta que dejamos el apartamento y eso me gustó, porque sé que disfrutó y me sentí muy bien por ella.
Dice mucho, de la calidad de un encuentro, que la actitud al principio sea distante o desconfiada (por decirlo de alguna manera) y al final sea de complicidad, de sonrisas y de buen rollo.
Por parte de ambos, ehh, porque yo al principio iba nervioso y salí relajadísimo y celebrando el éxito del encuentro.
Guardo buen recuerdo y viendo que está anunciada espero poder hacerle otra visitilla pronto.
Y por supuesto la compartiré.
Un saludo a tod@s.