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El Maera

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14 Feb 2015
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A los buenos días, soy El Maera.

Después de estar unos días haciendo maldades por el centro de Bilbao, voy a hacer un resumen de la situación actual del masajerio bilbaíno. Desgraciadamente este es un resumen incompleto porque las muy famosas Yoko y Valeska están cerradas en agosto por vacaciones. Pero de lo que he podido ver, la cosa está más o menos así:

1.- Agencia Jone. En Alameda de Recalde 17. Tienen doce o trece chicas, 100 euros la hora. Hay una tal Silvia que es una auténtica valkiria. Se trata de una rubiaza alta y con tipazo, de las que ponen de acuerdo a todo el mundo. Además se porta muy bien. El resto de las chicas son más normales, dentro de un nivel más que aceptable.

2.- Lorea, en la Alameda de Urquijo. El cierre del Doña Urraca ha hecho que las pupilas de este local se hayan distribuido por el Lorea y el Pelícano. En el Lorea tenemos ahora a Alexia, una rumana con un palmito que quita el hipo, es una galga. No destaca ni por la simpatía, ni por la destreza, pero tener ese cuerpo, merece la pena.

Ana María es una brasileña madurita y de buen ver, la buena profesional de toda la vida.

Victoria es una rusa muy guapa y muy joven. Tiene estudios universitarios y es muy educada y agradable. Su trato es exquisito, es como una novia comprensiva y enamorada. En la camilla es sumisa y entregada. Esta chica es perfecta como acompañante a una cena, por ejemplo. Quien quiera masaje fuerte, que no se vaya con ella, quien quiera suavidad y dulzura, tiene en Victoria a la chica perfecta.

También hay una mulata espectacular, que mide 1.80, es muy guapa y sus curvas son muy rotundas, pero es más borde que la madre que la parió. Hay una rubia brasileña con pinta de modelo... y luego un puñado de sudamericanas más del montón.

Un gran atractivo del Lorea son las copas, sirven unos gintonic excelentes. Y las habitaciones están bien. 70 euros la tirada de media hora. Ahora mismo el Lorea es nuestro sitio de referencia.

3.- El Pelícano. Calle Machín, enfrente de la Plaza de Toros. Este fue el mejor sitio de Bilbao hace 15 años, después cayó en un marasmo espantoso. Pero ahora está mucho mejor, gracias a algunas de las náufragas del Doña Urraca que han recalado por allí. Está Cristina, una rubiaza espectacular y de curvas muy rotundas, que además es muy simpática. Además de Cristina, hay un puñado de rubias de muy buen ver. Las instalaciones del Pelícano están muy bien (nada que ver con los zulos del Urraca), y los precios son los convencionales, 70 media hora, 130 la hora.
Nos han dicho que el Lidos también tenía buenas chicas, pero no hemos ido. A este lugar le tenemos manía por su espantosa decoración con fetiches del Vudú haitiano. Aquello parece el infierno, da miedo.

4.- La Palanca. Nos hemos dado una vuelta por La Palanca, a ver cómo está ahora el que fue hace 50 años el mejor barrio chino de España. El Edén y demás lugares de la calle de Las Cortes, siguen funcionando. Pero el material es totalmente de derribo, lleno de toxicómanas, viejas y feas. En la puerta de uno de aquellos antros, una mujer feísima y sin dientes, nos exhorta:
- ¡Entrad, aquí hay muchas chicas guapas!
Mi amigo Jorge se llevó tal susto, que echó a correr cuesta abajo y no conseguimos detenerle hasta el puente de San Antón. La Palanca es ideal para quien guste de las mujeres más sórdidas y solanescas, pero a quien le gusten las chicas guapas, que no vaya por allí porque no hay ninguna. Además es muy peligroso.

Y así está la cosa. El cierre del Doña Urraca ha venido de perlas a los centros del entorno, que han incrementado sus plantillas con las chicas que de verdad merecen la pena. Parece que el cierre del Urraca fue inevitable porque a pesar del excelente nivel de sus chicas, aquellas habitaciones cuchitril contravenían todas las normas de seguridad. Este verano el ambiente bilbaíno ha estado bastante más animado que los últimos años. Pero el nivelazo que había en los garitos de General Concha en los noventa, no se ha vuelto a igualar, ni creo que se vuelva a repetir. Y todo el mundo echa de menos a la Jesulina, una brasileña del Urraca, muy valiente y de cuerpazo espectacular, que ha dejado recuerdo en la muy noble y leal villa de Bilbao.
 
Gracias por ilustrarnos, desde luego donde queden los "noventa".

Que nos quiten lo bailao.

"Mαsturbαrse estα bien, pero follαndo conoces gente"
 
A las buenas noches, soy El Maera.

Hacía más de dos meses que no iba por los ambientes de Bilbao. O porque venía bien exprimido de Madrid, o porque ciertas compañías indeseadas aconsejaban ser prudente y no enseñar las cartas, el caso es que llevaba más de dos meses sin pisar un antro de mala nota en el bocho.

Pero ayer, estábamos sólo los de la cuadrilla, era el momento de hacer una travesura. Después de una cena copiosa y rebosante de colesterol (nos dimos un buen homenaje a base de chuletones), caímos por el Lorea, en la Alameda de Urquijo.

Lo primero que hay que destacar del Lorea son sus excelentes gintonic. Sólo por eso merece la pena la excursión. Pero además había muchas chicas, abundando las brasileñas. El nivel medio es más que aceptable.

De entre las brasileñas destaca Jessica. Madurita, pero muy voluptuosa y con un cuerpo lleno de curvas. Es muy simpática en el trato y en la camilla es un volcán. Ahora mismo es la masajista de cabecera de mis amigos.

También estaba Erika, una ucraniana muy guapa, con unos ojos azules muy grandes. Desde hace mucho está en la lista de la compra, pero nunca me puedo acercar a ella porque está muy solicitada. Es muy elegante y dicen que se porta muy bien. Habrá que catarla.

Pero la sorpresa de la noche fue Katia, aunque en realidad se llama Jadiya, como la esposa de Mahoma. En cuanto entré al Lorea me llamó la atención por lo bellísima que es. Tiene unos ojos negros muy profundos y una sonrisa profidén, absolutamente irresistible. Pero además de ser guapísima, tiene un culo estupendo, muy bien puesto en su sitio. Eso sí, sus tetas son pequeñas. Cosa que a mí no me importa, pero como todo debe ser dicho, apuntado queda. Katia es un bombón de licor. Y además, muy joven.

Al ver que la observaba, Katia se me acercó. La descarté en cuanto me dijo de dónde era. Y es que las experiencias que tuve en mis años mozos con mujeres marroquís, no pudieron ser peores. Fue precisamente Jessica la brasileña, la que volvió a acercarla a nuestro grupo, diciéndome que Katia era amiga suya y de total confianza. Así que me puse a charlar con ella y enseguida ví que era tranquila y educada. Así que viendo lo bonita que era, decidí jugármela y subir con ella.

Y acerté plenamente. Katia combina perfectamente la dulzura de una novia con la..., sus b. dan mucho gusto, y luego se entregó completamente. Primero me hizo un masaje completo. Y luego masaje griego con premeditación y alevosía. Le cabe todo. Además fue glorioso ver como trabaja en el espejo (porque las habitaciones del Lorea tienen unos espejos enormes, de pared entera). En el espejo se veía entrar y salir perfecto. Mientras, ella me miraba a través del espejo con una cara indescriptible. Fue grandioso. Salí del Lorea encantado y con una amiguita nueva, a la que pienso volver a visitar lo más pronto posible.

Mientras estaba en tan sabrosos menesteres, parte de la cuadrilla se fue al Pelícano en busca de Cristina, una rubia muy voluptuosa de la que son muy amigos. Pero resulta que no estaba la niña. Al parecer había pocas y malas. Para colmo les dieron garrafón y hoy andaban con cagalera. Está claro que al Pelícano ya no se puede ir porque está arrasado. Además ¿para que ir? En el Lorea ponen unas copas cojonudas y hay chavalas estupendas por 70 euritos. A pie de calle (dejando las direcciones aparte), el Lorea es el único sitio que ahora merece la pena en la Muy Noble y Muy Leal Villa de Bilbao.
 
Este verano, aprovechando alguna distracción de la parienta, he hecho alguna travesura en Bilbao.
Estuve en el Lorea. Copa rápida. Una masajista brasileña empezó a increparme por sucesos que al parecer, tuvieron lugar en época de los reyes godos. Hechos de los que yo no tengo noticias ni participé en ellos. Debido al mal rollo, me marché de allí cagando leches. Y desde luego, no voy a volver a entrar en la vida.
En el Pelícano, el que está enfrente de la Plaza de Toros, el plantel de mujeres era de lo más corrientito. Salvo una. Se trata de un pibón que se llama Cristina, rubia de tipazo espectacular. Está buenísima, es encantadora y sus masajes muy bien.
Me comentó que no se mueve de Bilbao, que siempre está allí. Así que id a verla porque merece la pena.
 
A los buenos días, soy El Maera.

Después de haber pasado diez días en Bilbao, en asunto de las masajistas, mi impresión no ha podido ser más deplorable.

La muy famosa Yoko, esa casa que dicen todos que lo mejor de Bilbao, cierra en agosto... Ya podía abrir en Semana Grande, vamos digo yo...

Los locales a pie de calle están arrasados. El Pelícano lleno de rumanas gordas sin ningún interés. Y los pelotazos infames, de bar de camioneros. La fauna del Lorea es más variada, incluso hay alguna de buen palmito, pero es caro y están muy empeñadas en que las invites a una copa. Aquí al menos, los gintonic los sirven bien. Al Lidos ni entramos, advertidos del material de derribo.

En plan pisos, estuvimos en uno que hay en un octavo piso de General Concha 39. Había muchas chicas, todas de origen hispanoamericano, casi todas del montón. Pero los precios son razonables (30 media hora y 60 una hora) y son todas muy jóvenes. Es decir, que sin ser una maravilla, no te timan y la relación calidad-precio, es buena, cosa que no puede decirse de los pocos lugares que quedan a pie de calle. Lo malo es la zona...

En los años noventa, el barrio de Irala era un barrio majo. Y en los números altos de General Concha había unos cuantos sitios encantadores ¡donde me hicieron un hombre! Pero los cerraron todos. Ahora sólo hay bares de negros y panchitos, y la zona se ha degradado totalmente. A la gente le da miedo pulular por el lugar a determinadas horas. El cutrerío lumpen se va extendiendo desde La Palanca al Ensanche. Mala cosa. Señal inequívoca de una ciudad en imparable decadencia.

A los locales de Trápaga y alrededores, no hemos ido. Por la noche y con dos copas, no me apeteció coger el coche. Resumiendo, nos hemos puesto morados de comer y hemos visto muy buenos toros. Pero la noche bilbaína está arrasada, por lo que aparte de freirnos a copas, no hemos podido recibir ni un masaje en condiciones.

¡Joder, con lo que era mi Bilbao hace treinta años! Es para echarse a llorar.
 
Yo siempre he ido a donde Yoko con cita previa, ya sea reservando hora y chica o sólo hora, y casi nunca he tenido problemas, soy de piñón fijo, si un sitio me funciona por qué cambiar.
Cuando voy a Madrid me pasa lo mismo, si la chica me funciona para qué cambiar, son 400 km para volverme de al Botxo de mala leche por un masaje malo...
Aunque no sé, a veces está la tentación de cambiar y me entran las dudas...
Hazte una escapada en septiembre y visita Yoko...
 
A las buenas noches, soy El Maera.

@Sr. Pennis, raro es el mes que no voy a Bilbao. Lo malo es que también viene la Etxekoandre y con ella, tonterías las justas. Me es muy difícil despistarme.

En Semana Grande sí que me es más fácil hacer de mi capa un sayo, porque no suele acompañarme mi señora. Y pululo a mi libre albedrío en compañía de la cuadrilla. Pero vamos, que terminamos no haciendo nada, viendo el pésimo material que se nos ofrece.

Pero vamos, en cuanto pueda escabullirme de mi señora, iré a ver a Yoko. Un saludo.
 
escortadvisor nuevoloquo
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