Creo que todos desearíamos en la vida ocasiones para un nuevo comienzo. Y no me refiero a volver a pasar los peores apuros de la adolescencia y similares.
Recibo (literal y totalmente) a pacientes que me conocieron hace una década en una sola ocasión y muchas veces a través de este foro. Alguno recorrió el camino inverso y se convirtió en parroquiano de esta familia tras su encuentro conmigo.
Pues bien, es impactante esa sensación de novedad absoluta o de renovación tras aquel lejano momento y comprobar que hay un interés real y asombrado por la trayectoria de cada cual; qué fue de su oposición, si aún conservo aquella novia con la que hicimos un perfecto triángulo; cosas que no tienen precio. Ellos me han ayudado también a disfrutar más, explorar nuevos aspectos de la pasión por la vida, a traspasar límites...
Por eso me emociona como si acabase de comenzar mi aventura esta bienvenida de
@Jersey. No es para mí exactamente un "decíamos ayer". Es un hoy como ayer, o la sorpresa de un despertar mejor que ayer.
Y esta emoción por lo que está velado, la pregunta por lo que os guardará Maríag en un encuentro, ha estado siempre presente pese a cualquier descripción explicita o desnudo. Incluso recuerdo haberme mostrado sin esconder detalle alguno de mi persona y haber tenido que oír a alguno que esa no era yo, para bien y para mal.
Por eso traigo a colación la foto de una cita en la que un admirador de estos barrios foriles me pidió, hace ya tiempo, estrenar unos zapatos y vestirme para la ocasión. Se la dedico, esté donde esté, como a todos vosotros y en especial a todas mis compañeras, conocidas carnalmente o no.
Besos.