Pero por lo visto, desde que se marchó Olivia, esta tienda parece tener los días contados: a veces está abierta, a veces el toldo está cerrado, otras veces el toldo está abierto pero la puerta está cerrada con llave y parece que nadie está dentro, o más bien hay alguien dentro pero estará( n ) faenando así que no puede( n ) venir a abrirte mientras está( n ) ocupada(s).
Lo que es seguro (y es una lástima), es que la que era la perla de la casa (Olivia) se marchó y parece que nadie sabe con exactitud (o lo saben y se guardan celosamente la información, como suele pasar demasiado a menudo
) si trabaja en otro sitio, otra ciudad u otro país, o si ha dejado la profesión o ha regresado a China.
Ahora, parece que sólo queda Lulu que es la jefa del local y quizás por eso, al ser la única trabajando, no te abre aunque el toldo esté levantado, estando probablemente ella dentro en plena faena.
Hace un mes de eso había de refuerzo una tal Yolanda, pero no sé si sigue trabajando en este local o no.
Ah, otro dato importante: el teléfono, aunque sigue aparentemente válido y aparece todavía en el letrero de la tienda, cuando llamas, nadie contesta y salta un mensaje informando que a este número le han sido restringidas las llamadas entrantes. Tampoco contestan los mensajes a través del WhatsApp. Así que no hay otro remedio que ir directamente allí y arriesgarse a que te abran o no. Entonces, cuando se tiene la intención de pasar por allí, es muy aconsejable siempre prever un plan B, por si las moscas.