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- 20 Ago 2022
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Inauguro hilo con este veterano local de Barcelona. Por algún motivo que desconozco, la imagen de la tarjeta de visita del lugar no se carga, así que la dejo por aquí a ver si alguien con más luces que yo lo consigue
A lo que íbamos. Como visitante más o menos asiduo de tiendas de masajes orientales,, si una chica es de mi interés le suelo pedir su móvil personal y mantengo un cierto contacto con ella vía WeChat (suelo escribir en chino con la técnica de la doble traducción). Es por ello que sabía que una chica con la que estuve en Rou Massatge con el nombre de Masako, tras unos días de vacaciones, ha estado deambulando por diversos locales, según ella para "hacer suplencias" de amistades, y al final ha recalado en este lugar, donde atiende con el nombre de Lili.
Masako-Lili es una vieja conocida de los habituales de los salones de masajes, o debiera serlo porque lleva años trabajando y ha estado en muchos sitios. Según ella tiene 39 años, aunque de cara yo le pondría más (no muchos más, pero si algunos más). Domina bien el castellano y sobre todo sabe muy bien cómo hacer que desconectes, que es a lo que vamos.
Hace días que Lili me decía que fuera a verla (no había estado con ella desde que volvió de vacaciones) y hoy me dije que si no podía, al menos pasaría por el local a saludarla. Lo cierto es que llegué casi a la hora de cerrar, y ya se iba, pero como me conoce tanto ella como la jefa aceptaron estarse una hora más, lo cual yo agradezco.
El local tiene una míni recepción y luego una especie de altillo-piso superior. Venía sudando la gota gorda, así que pedí ducha (es una miniducha en un lado de la zona de recepción) y subí (o mejor dicho escalé) los brutales escalones matapersonas que llevan al nivel superior.
Lili-Masako, como dije, es una chica veterana en este negocio. Y eso se nota desde el minuto uno porque te transmite una tranquilidad que no es fácil de obtener. Su masaje no es ni fuerte ni flojo, pero tampoco es un simple pasamanos. Tiene agradable conversación, te cuenta cosas sobre el tiempo que estuvo en Francia y terminas el masaje con la sensación de que has conocido a una amiga.
Resumen final: Lili es una de esas mujeres que saben adaptarse a los gustos del cliente. Y aunque de ella se cuentan muchas cosas, y no siempre elogios, debo decir que conmigo tiene siempre un comportamiento exquisito. Además me ha dicho que hay otro salón de masajes en la C. Viladomat que es del mismo dueño y tiene mejores instalaciones, y que si se lo digo con tiempo me puede atender allí. Sin duda, esta mujer sabe cómo retener a un cliente.
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A lo que íbamos. Como visitante más o menos asiduo de tiendas de masajes orientales,, si una chica es de mi interés le suelo pedir su móvil personal y mantengo un cierto contacto con ella vía WeChat (suelo escribir en chino con la técnica de la doble traducción). Es por ello que sabía que una chica con la que estuve en Rou Massatge con el nombre de Masako, tras unos días de vacaciones, ha estado deambulando por diversos locales, según ella para "hacer suplencias" de amistades, y al final ha recalado en este lugar, donde atiende con el nombre de Lili.
Masako-Lili es una vieja conocida de los habituales de los salones de masajes, o debiera serlo porque lleva años trabajando y ha estado en muchos sitios. Según ella tiene 39 años, aunque de cara yo le pondría más (no muchos más, pero si algunos más). Domina bien el castellano y sobre todo sabe muy bien cómo hacer que desconectes, que es a lo que vamos.
Hace días que Lili me decía que fuera a verla (no había estado con ella desde que volvió de vacaciones) y hoy me dije que si no podía, al menos pasaría por el local a saludarla. Lo cierto es que llegué casi a la hora de cerrar, y ya se iba, pero como me conoce tanto ella como la jefa aceptaron estarse una hora más, lo cual yo agradezco.
El local tiene una míni recepción y luego una especie de altillo-piso superior. Venía sudando la gota gorda, así que pedí ducha (es una miniducha en un lado de la zona de recepción) y subí (o mejor dicho escalé) los brutales escalones matapersonas que llevan al nivel superior.
Lili-Masako, como dije, es una chica veterana en este negocio. Y eso se nota desde el minuto uno porque te transmite una tranquilidad que no es fácil de obtener. Su masaje no es ni fuerte ni flojo, pero tampoco es un simple pasamanos. Tiene agradable conversación, te cuenta cosas sobre el tiempo que estuvo en Francia y terminas el masaje con la sensación de que has conocido a una amiga.
Resumen final: Lili es una de esas mujeres que saben adaptarse a los gustos del cliente. Y aunque de ella se cuentan muchas cosas, y no siempre elogios, debo decir que conmigo tiene siempre un comportamiento exquisito. Además me ha dicho que hay otro salón de masajes en la C. Viladomat que es del mismo dueño y tiene mejores instalaciones, y que si se lo digo con tiempo me puede atender allí. Sin duda, esta mujer sabe cómo retener a un cliente.
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