¿ La última? ¿Ya has perdido la esperanza en la humanidad de este foro? Lol
Será mi última cuestión reflexiva, no mi último post.
Un amigo siempre me ha dicho que moriré creyendo en la gente y en su buen hacer.
Y pienso hacerle caso.
Cuando llegué a Madrid era muy, muy joven y venía de un lugar de la Edad Media.
Hostelera de profesión y enfermera de titulación, trabajé en Madrid de camarera y nada que ver de como era la hostelería aquí en Madrid a como yo la aprendí.
De Despeñaperros pa' arriba y desde Despeñaperros pa' abajo, la cosa cambia.
Cansada de no encontrar un equipo con el que trabajar, si no más bien, lame culos al jefe, egos de posición de rangos y hasta privarte el comer, decido poner en mil anuncios un anuncio diciendo que tengo titulación, con la idea de hacer curas a domicilio, (en gran resumen).
Mi sorpresa fue que me llamaban para entrevistas de masajista, entre otras barbaridades que por aquella época me hacían sentir mal y me ofendían.
Llega el momento en el que tus ahorros han desaparecido y decido ir a Pinto para hacer una entrevista de trabajo, para masajista evidentemente, me lo vendió muy bien y la necesidad hizo el resto.
Llevaba un mes en Madrid, no tenía ni puta idea de cómo ir a Pinto, habíamos quedado a las nueve de la noche y lo único que me dijo fue, 'ven guapa'.
Llego a Pinto, de noche, sola y a encontrarme con un desconocido, mi idea de guapa por aquel entonces era llevar las pestañas con rímel, por lo demás fuí con unos vaqueros y una camiseta, tampoco tenía más cosas, no sé que esperaba de mi.
Me encuentro a un tío latino con una pinta de mafioso, típico de las películas de mafias y me mira de arriba abajo, no le gustó mucho lo que vió, pero tampoco le desagradó.
Me lleva a su casa, callada, cabizbaja, le sigo.
Entramos a su piso y al entrar, lo único que me dice es, ¿Qué hago, qué no me tiro a su cuello y me lo devoro?
Trago saliva y le digo que simplemente vengo a una entrevista de trabajo, solo para hablar de lo que se ofrece y ver si me interesa.
Me tuvo que ver la cara de gatilla pequeña asustada y se sentó para hablar.
Sinceramente yo no sabía ni si iba salir viva de esa casa.
Hablamos un rato y en ese momento se me tuvo que aparecer la Virgen, porque... él tío me dejó irme, salgo por la puerta, rápido pero sin correr y siendo educada dando las gracias por su tiempo.
Escucho que me dice, ¿Sabes llegar hasta tu casa? Lo cuál contesté que no, pero que ya preguntaría como llegar, pff... Y me acompañó.
Ahí pensé que no me iba a matar en su precioso salón y me iba a matar en la calle, os juro que tal cual lo pensé (son cosas que no se olvidan).
Por el camino íbamos hablando, creo que le caí bien y no me mató, ni me forzó, solamente me acompañó al autobús, vió que no tenía dinero y me dió 20€ y también me dió un consejo.
Me dijo, fulana, tú no eres chica para este mundo, no entres nunca, si entras te destruirá.
A los dos años recibo una llamada y era él, me daba la enhorabuena, había visto todos mis pasos y me felicitó por ser entre comillas una buena profesional, me ofreció trabajo de nuevo, el cual rechacé y el entendió y siguió diciéndome lo mismo, no caigas en la trampa de este trabajo, se fiel a tí primero.
Y chicos, lo tengo grabado a fuego, toda mi vida en este sector, todos los tropiezos y todo el camino caminado.
Soy una soñadora, a veces con los pies en la tierra y otras veces no, pero me encantaría que el sector fuese de otra manera, a veces me da la sensación de estar en un burdel de la Edad Media, por lo que leo, por lo que escucho.. y me pregunto, ¿Cambiará algún día?
Por eso es mi última reflexión, la que publicaré mañana, porque un lado de mí quiere mejorar la idea de la profesional y otro lado quiere mejorar la idea del cliente sobre la profesional.
Pero no estoy en el sitio correcto y quizás por ahora no pueda hacerlo.
Lo dicho, mañana tenemos la gran y última reflexión.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leerme y querer conocer un poquito más de mí.