Cristina 21 piso Johana Argüelles 665448770

Bueno pues he conocido a esta Srta.
Teléfono: 665448770.
Atiende cerquita del Metro de Argüelles. Mismo piso que Johana. Quedamos por WhatsApp sin problema, llegué puntual y estaba preparada.
Es tal y como se ve en las fotos, mulatita piel canela suave y muy guapa de cara, muy simpática y buena conversadora.
Tuvimos una sesión de baile “Mambo number Five. Arriba, abajo, adelante (atrás no, jijiji).
En definitiva, un buen rato. Buena opción para los que nos gusta lo tranquilo y GFE.
Valoración de la clase: 8.
Tarifas: Puesto en su hilo.
Lo mejor: Su vitalidad, simpatía, buen rollo, preciosa de cara.
Contra: Por decir algo... alergia a Aristóteles, y no le acerques ni un “manual“ de su idioma. No tiene ningún interés de aprender esa lengua.
El Francés sí lo habla con toda naturalidad.
Saludetes.

Estuve recientemente con Cristina (las fotos las teneis arriba) y lamento decir que ha sido un I+D fracasado.

Desde un principio, la cosa pintaba bien, la chica es rápida, organizada y amable por Whatsapp. Elijo la promo para foreros, de 90 euros la hora. Parece una muy buena relación calidad-precio.

Llego y veo la primera mentira, de brasileña tiene lo mismo que yo. En realidad es dominicana. No sé qué pasa en esa isla pero sus habitantas han logrado elevar a la categoría de ciencia exacta el transformar los polvos en un trámite insulso y mecánico.

La primera mentira hace que mi sentido arácnido se active, pero el otro sentido está tan activo que no atiende a ninguna razón.

Físicamente, la chica está bien y es jovencita. El lugar no está mal, algo espartano, pero muy limpio. El problema es que está muy frío.

Vamos a empezar, y ya empiezan las señales de "no me toques". De besos ni hablar.

- ¿Por qué no te tumbas y te doy un masaje?

Decido hacerme a la idea de que contraté un masaje con final feliz. Lo cierto es que el masaje es bastante bueno y agradable, pero yo no había pedido pescado, había pedido entrecote. El masaje, uanque bueno, se eterniza para malgastar el tiempo de forma muy descarada.

Acepto la situación para no amargarme la vida, y me resigno a los designios de la divina providencia que han determinado que lo que se merece este impenitente pecador es un masaje con final feliz.

Finalizado el asunto y ante la insistencia descarada de malgastar más el tiempo, decido irme.

No recomiendo para nada la experiencia.Lo barato sale caro y hay masajes infinitamente mejores, por ejemplo, los que daba una señora brasileña (de verdad) cuyo nombre no recuerdo, por la calle Jaime el Conquistador.

En resumidas cuentas: por el bien de todos, si no te gusta lo que haces y no lo quieres hacer, no cobres por no hacerlo.