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- 17 Sep 2016
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- Nombre de guerra de la chica: Ayla.
- Nacionalidad: Brasileña.
- Forma de Contacto: Teléfono Por favor, debes Iniciar sesión o Registro para ver el contenido., Atiende de 10:00 a 22:00 h.
- Fecha aproximada: Hace unos días.
- Lugar: Salamanca cerca de estación de autobuses.
- Instalaciones: Buenas, piso con ciertos años, no hay ascensor. Muy limpio y ordenado todo, aunque la habitación pequeña (8,5).
- Higiene: Muy buena.
- Precio: 120 € 1 hora, 60 € media hora (más cara que la media, pero, desde mi punto de vista, compensa ese pequeño sobreprecio).
- Edad: Ventipocos.
- Cara: Muy guapa, me recuerda un poco a Por favor, debes Iniciar sesión o Registro para ver el contenido..
- Pelo: Morena.
- Cuerpo: Voluptuoso (que no pasada de kilos), con unas curvas que dan más vértigo que la subida a la Peña de Francia.
- Tórax: Natural, grande y precioso.
- Parte baja de la espalda: Perfecta.
- Piercings y tattoos: No.
- Defectos corporales: Ninguno.
- Actitud: Muy buena.
- Conversación: Un poco tímida al principio, se va soltando poco a poco.
- Masaje boca a boca: Sí, pero con limitaciones.
- ¿Fuma?: No.
- Masaje galo: Muy bueno, húmedo y profundo.
- Masaje corporal: Muy bueno.
- Masaje griego: No.
- Lo mejor: Todo.
- Lo peor: Que no hace masaje griego y que no está fija en Salamanca.
- ¿Repetir? Directa a mi agenda (a dios gracias que la pobre se estaba quedando sin masajistas charras).
- ¿Recomendable? Sí 100 %.
- Valoración global de la experiencia: 9 (aunque timorata en algunos temas; lo compensa con ese cuerpo espectacular, su actitud y su forma de realizar el masaje).
Tenía ganas de quedar con esta belleza, pero por h o por b nunca lo conseguía, hasta hace unos días; al abrir la puerta me recibe vestida de calle, con un atuendo con el que perfectamente podríamos haber bajado a tomar algo al bar de al lado. Eso sí, lo que lleva puesto no deja lugar a dudas, es una auténtica belleza.
Tras acordar tiempo y pagar, procedemos al aseo; me ofrece ducha, pero yo ya iba duchado de casa..., eso sí, no me libro de una preparación de la zona a tratar, en la que trata la zona a masajear con exquisita delicadeza y dulzura, tanto que se puede considerar más que una limpieza; una vez preparado nos dirigimos a la habitación y me tumba sobre la cama, comienza a hacerme un masaje galo mientras va despojándose poco a poco de lo que le sobra. Esa maravillosa terapia gala y la incertidumbre de ver los espectaculares atributos masajísticos que se intuyen bajo esa ceñida indumentaria consiguen que mi nivel de implicación sea máximo, le gusta jugar conmigo, sabe que tengo ganas de catar el masaje cubano y me hace esperar; y cuando, por fin, desarrolla la terapia ¡Madre de Dios qué espectáculo! Ha merecido la pena... y lo mejor está por llegar, es todo un espectáculo, casi hipnótico, verla masajear mientras se encuentra encima de mí.
Tras un buen repertorio de masajes, no puedo más y me dejo llevar; me pone boca abajo en la cama y me da un agradable masaje hasta que considera que estoy listo para comenzar otra vez y me envuelve en un masaje cubano natural y me vuelve a masajear hasta dejarme completamente exhausto.