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Me he encontrado de camino a casa con una antigua amiga que trabaja por los alrededores ya hace algún tiempo. María se llama, es rumana, muy bien, por esta chica la edad pasa despacio. Hablamos un poco sobre temas de su curro. La invito a pasar a mi coche, que no pille fresco la pobre, y claro como nos conocemos y hace que no nos vemos avanzamos a otro sitio para rememorar tiempos pasados. Buahh, creo que pasamos 20 minutillos de lo más agradable sin hablar y sin mirarnos a los ojos, yo le miraba el pelo, que se ha dejado mechas, y ella Mmrando a la ventana buscando Cuenca. Al final se nos fue el santo al cielo, la pobre perdió el tren y yo no podía acercarla a ningún sitio que llevaba poca gasolina. Pues nada, le dejé 40 euros para el cabify. Hemos hablado de otra amiga en común. La otra María, que se ha teñido de morena y Linda que ya no está. Pues eso.
donde practican los toreros, vi a dos mujeres, de unos 50 años, en la carretera del lado derecho, ya que la carretera se divide en dos, para volverse a encontrar unos metros más adelante.