Quedamos por WhatsApp con varios días de antelación (para adelantarme a vosotros cabroncetes), sin problema de horario, nos cuadramos bien.
Destilan buen rollo por WhatsApp, ya conocía a
@Blanca. Cita para dos horas y allá voy a la aventura. El sitio limpio, amplio, discreto, para aparcar es zona azul
y también hay un parking público al lado, es el que yo utilizo, soy un sibarita.
De
@Blanca lo dicho en otro hilo, guapa, sonriente, simpática, conversación tiene y mucha...
Ahora
@MMar, que no la conocía, pues deciros que es un clon de
@Blanca, igualita sólo que en vez de morena,
@MMar es rubia. Cuerpos parecidos, diferencia de altura pero no mucha, con una contundencia de pechonalidad interesante en las dos
(lunar de
@MMar incluido),
guapa, sonriente, simpática, conversadora..., lo dicho igualitas.
Te hacen sentir muy cómodo y destilan una simpatía y buen rollo, difícil de encontrar. ¿Para fidelizar?... No sé, yo creo que no, algunas veces no puedes ocultar o fingir ciertas cosas, pero cada uno tendrá su opinión, y muy respetable es.
Aunque es Semana Santa, días de pleitesía, devoción y oración a Dios Nuestro Señor, los romanos y cristianos siguen queriendo ir al circo romano, para luchar o mirar batallas desarrolladas en la arena de ese coliseo, que tienen
@Blanca y
@MMar por la zona de Atocha-Pacífico.
Me reciben las dos a las puertas del Circo Romano, lógicamente ellas eran las gladiadoras y yo el esclavo cristiano que serviría de comida para esas leonas-gladiadoras que estaba viendo (melenas sueltas, una morena, otra rubia..., felinas las dos).
Al verlas, ya sabía que sería batalla perdida, aunque puse todas mis ganas por alargar el combate y estuvimos algo más del tiempo acordado (se me fue la noción del tiempo,
aunque ellas no son relojeras y no pusieron ningún problema, creo que la batalla les estaba gustando...).
Ya dentro del coliseo, quisieron que me sintiera cómodo y me tumbaron en una camilla, dándome masajes las dos gladiadoras por todo el cuerpo, las dos a la vez, usando aceites y la verdad siendo muy agradable sentir sus cuatro manos (también mucha conversación). Me acariciaban el lomo, como diciendo "sí sí, tú ahora disfruta y relájate, que lo que te espera luego... esa batalla perdida la tendrás".
Pasamos al rectángulo que nos habían puesto en la arena del coliseo, esta vez no era circular, sino rectangular como con forma de cama (el ingeniero romano habría tomado ayahuasca...).
Nos dispusimos a la batalla, en la que yo me veía inferior, aunque no lo hice saber disimulando mi nerviosismo y miedo. Comenzamos los primeros golpes de batalla, suaves y sólo para tantear, ellas dos contra mí a la vez, y yo respondía primero a una y luego a otra como buenamente podía, y así cada uno de nosotros veíamos cómo reaccionaba nuestro rival.
Empieza la batalla seria, recordemos los gladiadores en Roma, a vida o muerte... Una de ellas empieza a hablarme en francés, con acento y pronunciación exquisita, muy buena dicción la verdad. La otra, por envidia, no quiso quedarse atrás, y también me habló en francés. Algunas veces lo hacían de forma individual y otras de forma conjunta. De las dos formas me gustaba, disfrutaba, de todas formas iba a morir...
Cuando una de ellas no me hablaba en francés y la otra sí; la que no hablaba, tenía su arma entre sus manos y le sacaba brillo y filo con su propio cuerpo, como si fuera un afilador; aunque a veces, se acercaba y me decía cosas en oído y cerca de mis labios...
Acepté su reto de los idiomas y me dispuse a recitarlas en latín, lengua muerta dicen (pues para mí no...). Estando en Roma, lo menos era recordar esa antigua lengua. Me puse a recitar con una, mientras la otra interactuaba con ella y conmigo, luego con la otra mientras la una hacía lo mismo..., sinceramente, yo tenía la mandíbula de tanto recitar latín bastante dolorida.
Ese momento de la batalla, fue un disfrute tanto para mí, como para ellas (parece que más para ellas).
En un momento de descuido, me quisieron atacar con sus dotes de amazonas y cogiéndome de imprevisto,
@MMar se puso a cabalgar y
@Blanca quiso que al mismo tiempo le recitara en latín. Ese momento de la batalla fue culminante y al ser un combate cuerpo a cuerpo... no tardaron en herirme y brotar un chorretón de sangre de mi cuerpo, dirigido hacia
@MMar mientras cabalgaba, sin silla ni nada, al natural a los lomos del corcel.
En ese momento, el Emperador
Masajus Cuatro Manus, tuvo compasión de mí y al verme herido y a ellas cansadas, nos ofreció un refrigerio que aceptamos con mucho gusto. Fueron algunas viandas y regado con líquido del lugar, un vino Lambrusco de la región de Emilia-Romaña (estando en Italia, era lo mínimo ), aunque nos imaginamos que en la cocina, tendrían una esclava cocinera de Hispania, pues nos pusieron de picar una tortilla española, muy buena por cierto.
Después del descanso y por petición del Emperador volvimos a la batalla. Me curé de una manera veloz para poder contestar ésta afrenta... aunque yo sabía que con mis armas poco podía hacer, las armas de
@MMar y
@Blanca eran mejores, más afiladas y con mucho poderío; así como sus buenas defensas a la altura del pecho, eran casi infranqueables.
Hubo varias luchas, seguían hablándome en francés y yo en latín, entre golpe y golpe, las dos mostraban sus dotes de amazonas cabalgando.
Cuando en el fragor de la batalla, yo me quedaba solo en disputa con una, la otra repasaba "tácticas de guerra", con sus propias manos o incluso con elementos y aparejos que llevaban encima (creo que demasiado duros a mi entender,
aunque eran sus utensilios, ellas sabrán...).
De repente de gladiadoras, se convirtieron en guerreras Espartanas. Como si estuviéramos en las Termópilas, y señores/as actuaron como tales guerreras (Griegas-Espartanas). Quedé a su merced, ellas me embestían y cabalgaban, y herían con sus armas; yo sólo podía aguantar y aguantar, al menos no perdía mas fluidos de mi cuerpo (cosa que como buenas guerreras sedientas de flujos, les supuso una frustración, en lo único que pude ganarlas y dejaras algo jodidas).
Y sí, a mí me parecieron como si hubieran sido tres días, como en Termópilas, porque aquello no tenía fin; ellas me atacaban por todos los lados con sus técnicas de guerreras y yo con mi arma (armita más bien), afilada y bien firme, me defendía como podía. Ellas parecían disfrutar con cada golpe de sus armas a mi cuerpo (les costaba, creo yo, porque "sudaban" y se "mojaban" mucho por todas partes de su cuerpo).
Comentar que fue tal las embestidas que metían mientras galopaban, que el escenario rectangular de la batalla, se movió desde una punta a otra del Coliseo (literal).
Fueron momentos de tensión y a la vez pasión, por ver quién ganaría esta batalla, quién saldría vencedor.
Volvimos a la arena de los gladiadores, no sin antes colocar de nuevo en su sitio la plataforma-escenario de la batalla. Yo sentía que había sido derrotado, mi cansancio y extenuación así lo confirmaba, aunque ellas también estaban cansadas y muy "sudadas".
Acepté la derrota y veía que sería devorado por los leones. Aunque
@Blanca y
@MMar, me quisieron animar considerándome un digno rival, estando siempre de frente con mis armas y "no bajando" la guardia,
excepto en pequeños recesos. El Emperador
Masajus Cuatro Manus, también pensó igual, que fui un digno rival, y por eso no puso su pulgar hacia abajo sino que lo puso hacia arriba.
Quieren que siga habiendo más batallas de gladiadoras y esclavos entre nosotros y probar técnicas de guerra nuevas. Nosotros tres también lo creímos así y nos emplazamos para futuras batallas (espero dar más guerra), ya sea contra las dos gladiadoras,
@Blanca y
@MMar, juntas o por separado. Y desde ahí nos mandaron a darnos una ducha y luego, cada uno, gladiadoras y esclavo, a nuestros respectivos calabozos.