A veces entro en la web de “cultura inquieta”, donde es fácil encontrar artistas de la erótica, tanto pintores como fotógrafos, así como interesantes artículos, que tienen que ver con el sexo.
Hoy me llamaba la atención, uno “Las fatales consecuencias de la masturbación, un manual de 1830”. Concrétamente lo tenéis en el enlace.
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Y no cabe duda de que me ha trasladado a épocas pasadas, en las que la corriente imperante católica de los colegios, nos iba lavando el cerebro, a través de sus curas y otros individuos colaboradores, con muchísimas mentiras, sobre la masturbación.
Recuerdo de un cura, cuyo nombre y apellidos no se me borrado, pero prefiero omitir, que cuando pasabas por el confesionario, no solo tenias que decirle el numero de pajas que te habías hecho, sino detallar la forma en que te las hacías. En fin, aquel hombre más bien era un pervertido que disfrutaría empalmándose y tocándose debajo de la sotana.
También era típico escuchar, en este tipo de colegios (de curas o del opus), todo tipo de exageraciones sobre las maldades de las mujeres, como si encarnasen la perdición de los hombres…
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Este tema lo he sacado por si alguien quiere aportar, cosas de épocas pasadas, escuchadas o vividas, en las que se mentía deliberadamente cuando se hablaba de temas tabú (todo lo relacionado con el sexo). Quizá los más jóvenes no saben a qué me refiero, pero aquellos que vivimos antes de la democracia, es decir, que ya somos algo mayorcitos, seguro que saben a qué me refiero.
Hoy me llamaba la atención, uno “Las fatales consecuencias de la masturbación, un manual de 1830”. Concrétamente lo tenéis en el enlace.
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Y no cabe duda de que me ha trasladado a épocas pasadas, en las que la corriente imperante católica de los colegios, nos iba lavando el cerebro, a través de sus curas y otros individuos colaboradores, con muchísimas mentiras, sobre la masturbación.
Recuerdo de un cura, cuyo nombre y apellidos no se me borrado, pero prefiero omitir, que cuando pasabas por el confesionario, no solo tenias que decirle el numero de pajas que te habías hecho, sino detallar la forma en que te las hacías. En fin, aquel hombre más bien era un pervertido que disfrutaría empalmándose y tocándose debajo de la sotana.
También era típico escuchar, en este tipo de colegios (de curas o del opus), todo tipo de exageraciones sobre las maldades de las mujeres, como si encarnasen la perdición de los hombres…
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Este tema lo he sacado por si alguien quiere aportar, cosas de épocas pasadas, escuchadas o vividas, en las que se mentía deliberadamente cuando se hablaba de temas tabú (todo lo relacionado con el sexo). Quizá los más jóvenes no saben a qué me refiero, pero aquellos que vivimos antes de la democracia, es decir, que ya somos algo mayorcitos, seguro que saben a qué me refiero.