A mí siempre me lo han hecho todas con guantes.
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Nueva visita a Mans d'or en vísperas del
. Esta vez la elección de la cocinera fue sorpresa total, ya que hasta que no llegue allí no sabía quién sería mi anfitriona.
Quiso el Destino que esta vez fuera Mimi la que se ofreciera a deleitarme con su buen hacer culinario. Aunque ella pregunta por la sazón de los alimentos, yo le doy entera libertad, pues la gracia está en que cada una me "sorprenda" con su peculiar preparación de los alimentos.
Mimi ofrece un menú bastante equilibrado. Sabe que los clientes de este tipo de restaurantes no se conforman sólo con un buen postre, sino que también desean un plato o platos principales de buen ver y mejor degustar.
Como me conoce y tiene entera libertad, se relaja bastante. Es parlanchina, e intercala palabras en chino de tanto en tanto, sabedora que un servidor en otra vida fue el poeta Li Po y por ende algo del idioma chino se quedó grabado en mi actual reencarnación. Demuestra ser una mujer muy inteligente, con buena capacidad de análisis. Aunque su castellano no sea el de Cervantes, os aseguro que hoy me ha sorprendido con la cantidad de cosas que me ha dicho.
En resumen, menú equilibrado, delicioso y servido con una sonrisa. No se puede pedir nada más.
En cuanto al local, aunque es nuevo, lo han ampliado con dos salas más, señal que las cosas van bien y que comensales no faltan. Ahora mismo lo único que falta es un par de cocineras más cuyo nivel no desmerezca al trío Angie / Coco /Mimi.