Compañeros isleños, os relataré la triste historia de cómo acabé aquí.
Soy un amante del campo, y las piscinas o las playas serán el último sitio en el que podríais encontrarme, ya que opino lo mismo que Anakin Skywalker: "
No me gusta la arena. Es tosca, áspera e irritante. Y se te mete por doquier...".
Pero tras mi reciente
despido he empezado a mandar currículums a ver si encuentro un nuevo trabajo, con tan mala suerte que uno de ellos ha acabado en manos de
@Daniela Malak.
Al acudir a la entrevista en su
nueva oficina resulta que sólo me quiere por el interés
y que con la última revalorización, no está dispuesta a pagarme ni siquiera el salario mínimo interprofesional.
Según ella, las pruebas físicas de apnea se me dieron bastante bien, así que aprovechando que no sé nadar, me ha agarrado por una oreja arrastrándome hasta la isla para que no pueda escaparme. Eso sí, al menos me ha prometido que para mi cumpleaños me regalará unos manguitos y me enseñará a nadar.
Menos mal que soy un hombre de recursos y siempre llevo una muda de repuesto para casos de abducción o secuestro que me servirá para poder colarme en la sauna:
Y como no voy a cobrar me pienso montar un negocio poniendo un horno para aprovechar la enorme cantidad de calor generado y poder preparar pizzas y tartas.
Además, en cuanto pueda, me escaparé para darle a
@SandraV uno de esos achuchones que tanto nos gustan.
Hola chicos, si me traéis vuestras piruletas hay trato.
No me gustan mucho los caramelos ni las piruletas, pero el chocolate es mi perdición. Si te apetece un poco de tarta estaré encantado de compartir una con un bombón como tú.