Pues quizás no sea mala idea.
Fui la otra noche, buscando a Gabi, pero no estaba.
Di un par de vueltas, y ya en la primera vi a una chica rumana, María me dijo que se llamaba, situada en la calle Bascuñuelos, entre San Mamés y la calle del surtidor.
Estaba sentada en una silla, pero cuando se levantó, pedazo de mujer!
Tenía de todo. Cuerpazo, pechos, piernas, ummm.
Di una segunda vuelta de reconocimiento, y como no vi gran cosa, me dije, pruébala!
Porque no?
Pues craso error.
Además, 30 euros tirados a la basura.
Resulta que la buena mujer es como un taxímetro.
Trabaja por tiempos.
Pero vamos a ver, esto no es una transacción, money por placer?
Y entonces, donde está el placer?
Coño, que cada persona es un mundo, y necesitamos nuestro tiempo.
Bueno, pues esta mujer, de motu propio, decidió a los 5 minutos pasar del masaje francés, a culminar el servicio.
Y ocurrió que como no había la suficiente excitación, pues imposible culminar.
A esto le añades que su única pretensión era hacer caja, pues me pidió 30 euros más, para culminar el acto.
Le propuse finiquitar con un manual aunque así fuera, pero insistió, más pasta!
En ese mismo momento le pedí que se bajara del coche, porque ya terminaría yo.
Conclusión: servicio lamentable.
Y lo que es peor, no cumple con las espectativas creadas.
Muy bonita mujer.
Pero una pésima profesional.
Y mira que me jode hablar así de alguien.
A lo peor no era mi noche.
Pero esto con otras aquí, jamás me ha pasado.
Bueno si, otra vez con Antonia. Otra espectacular mujer que cuando pilla la pasta, a correr.
En fin, cuánto tienen algunas que aprender.
De Gabi.
De Jadilla.
De Gaby.
De Bárbara...
En su ausencia, mejor buscar otro plan en otro lugar...