Casarse o no casarse, ese es el dilema.
Aquella persona que no se casa, tiene muy claro que no le gustan los compromisos o mejor dicho los retos.
Aquí el matiz interesante es casarse con una masajista que esta en activo, o una que cesa la actividad por ti.
Si la señora masajista sigue con su profesión, pues te darán los siete males, pues seras siempre en ultimo en todo.
En cambio si lo deja todo por ti, (que lo dudo) puedes vivir experiencias maravillosas.
Sinceramente pienso que la mujer que vive de su cuerpo, nunca nunca deja de ser masajista, igual que el hombre que le gustan las mujeres.