Estoy un poco perdida, no quiero fallar a mi paciente ¿se os ocurre algo? Agradeceré vuestras sugerencias.
Aquí van un par de sugerencias de un cinéfago:
Comentas que a tu cliente las producciones de cine para adultos (no digas p**no, que es políticamente incorrecto)
le aburren soberanamente. Es posible que el "género" (temática) de las producciones que le gustan a su pareja (o las que ve habitualmente) no coincida con sus gustos (ejemplo: a mí no me llama para nada la atención el interracial).
Y sin ninguna duda, como tu bien has mencionado, la intimidación de las producciones protagonizadas por grandes estrellas, que en muchos casos rozan la categoría de prodigios de la naturaleza (o la cirugía),
seguramente también jueguen un papel importante.
Mi sugerencia. Ya que el "hace el esfuerzo" de plegarse a los deseos de su pareja, quizás deban llegar a acordar la elección consensuada de los géneros a visionar priorizando las preferencias de el para intentar mitigar "el aburrimiento" (seguro que tendrá algún tema que le resulte especialmente atractivo). Igualmente les recomendaría que se alejasen de las producciones convencionales (muy hipersexualizadas) y optasen por otras más realistas, que tampoco tienen porque ser "caseras", pero si más apegadas a la realidad (como los trabajos de Erika Lust).
Otra opción más amena son las producciones de animación. En el "hentai" pueden encontrar temáticas para todos los gustos y casi siempre mezcladas buenas dosis de humor, por lo que quizás puedan resultar más atractivas para tu cliente.
Ya lo ha comentado antes el compañero
@Greglanister pero me parece una idea muy interesante. Que participe como espectador en una sesión real para que asimile que la realidad no es lo mismo que la ficción y quizás así pueda disfrutar más de ver las películas con su pareja sabiendo, que como en el cine convencional, es para disfrutarlo y no para imitarlo.
También coincido en que mire sin participar, porque en caso de hacerlo corre el riesgo de entrar en otra dinámica y cambie un problema por otro en lugar de solucionarlo.
Y lo de presentarle un actriz o actor, en mi modesta opinión, creo que podría llegara a ser contraproducente, ya que podría sentirse aún más intimidado o incluso aumentar el rechazo a esas películas que tanto gustan a su pareja.
Para terminar, una idea un poco loca. ¿Qué tal una terapia de pareja?. Que su pareja te cuente que es lo que le gusta de esa actividad a la que se ha aficionado últimamente y quizás hacer una sesión en dos partes alternando ambos miembros de la pareja los roles de actor y espectador.