Suaves manos y piel pálida,
cara de niño y fuego en sus extrañas,
besa mis senos mientras sus dedos
inquietos acarician mi vientre
y sigue mis senderos a tientas
por mi piel desnuda,
mi cuerpo suplicante
se contrae con ese entrar
y salir de sus dedos,
se hunden en mi hendidura,
se pierden en mis espacios
y me convierte en su guarida,
hace tan suyos mis rincones,
apoderándose de mi voluntad
y ørg@smøs,
le llora a mares mi cuerpo,
prueba de ellos mi llanto salado
con una bella sonrisa
que esbozan sus labios,
lame cada uno de sus dedos
y los introduce en mi boca...
roza mis labios con su lengua,
mi respiración se agita...
su mirada fija en la mía,
resopla su aliento en mi rostro,
nuevamente sonríe...
"Mírame y no te contengas cariño",
exclama...
me cubre con su mano
y calla mi voz,
vuelve a hundir sus dedos
en mi vûlvä,
es muy rudo
y no puedo parar de gëmîr,
él ahoga mis gritos sellando
mis labios con su boca,
no puedo más y reviento
bañando su mano expuesta
a mis jugos que escurren
por entre mis piernas:
"Muy bien cariño,
has estado perfecta",
me dice con una mirada perversa,
con una sonrisa dibujada en su rostro,
baja a beber esa miel
que me hizo brotar,
como solo él sabe hacerlo,
esta noche comprueba
una vez más lo mucho que disfruto
de la magia de sus manos
y esos dedos largos,
aunque esta noche también,
haya sido nuestra última vez
y para mí,
la más dolorosa despedida.
Buenos días.
Un beso grande
@Bianca.