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Nunca he sido un catador al uso y me niego a estas alturas a cambiar mis hábitos, me hace cierta gracia este hilo, porque parece que las masajistas que te dejan huella, tienen la obligación de desaparecer de nuestra vida. Cosa que no comparto.
Conocí a una coach hace mas de 25 años, todos los adjetivos que la ponga, son pocos, hoy es una honorable dama que reside en una capital andaluza, recuerdo que la conocí el día que yo cumplía 20 años y ese fue mi regalo, era sin duda la masajista mas espectacular de Madrid, por su apartamento en la zona de Castellana, recuerdo a ver visto desfilar, desde algún ministro de la época socialista, que los guardaespaldas se quedaban en la puerta, arañando con los dientes, jugadores de los mejores equipos de fútbol de primera division, toreros, gente de la nobleza e ilustres empresarios.
Me acuerdo que esta amiga, que era algo mayor que yo, me enseñó a vivir experiencias al límite, las fiestas y desfases, que se preparaban en su casa eran dignas de salir en el Hola, pero además cocinaba como las madres Clarisas.
Lo importante de este testimonio es que a fecha de hoy la sigo llamando y sobre todo nunca olvido, el día de su cumpleaños esté donde esté la llamo y recordamos inocentemente nuestros secretos.
Como amiga no tiene precio y me lo fue demostrando infinidad de veces, con sus atenciones y sus sabios consejos.
Gracias Stefania, por todo lo que has dado.
Conocí a una coach hace mas de 25 años, todos los adjetivos que la ponga, son pocos, hoy es una honorable dama que reside en una capital andaluza, recuerdo que la conocí el día que yo cumplía 20 años y ese fue mi regalo, era sin duda la masajista mas espectacular de Madrid, por su apartamento en la zona de Castellana, recuerdo a ver visto desfilar, desde algún ministro de la época socialista, que los guardaespaldas se quedaban en la puerta, arañando con los dientes, jugadores de los mejores equipos de fútbol de primera division, toreros, gente de la nobleza e ilustres empresarios.
Me acuerdo que esta amiga, que era algo mayor que yo, me enseñó a vivir experiencias al límite, las fiestas y desfases, que se preparaban en su casa eran dignas de salir en el Hola, pero además cocinaba como las madres Clarisas.
Lo importante de este testimonio es que a fecha de hoy la sigo llamando y sobre todo nunca olvido, el día de su cumpleaños esté donde esté la llamo y recordamos inocentemente nuestros secretos.
Como amiga no tiene precio y me lo fue demostrando infinidad de veces, con sus atenciones y sus sabios consejos.
Gracias Stefania, por todo lo que has dado.
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