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¿Recuerdas tu último punto de inflexión?
Un punto de inflexión es esa ocasión que marca un antes y un después en tu historia. Esos momentos cambian para bien o para mal nuestros presentes. Desde el momento de tu nacimiento hasta ahora seguramente has pasado por varios puntos decisivos. Esos instantes decisivos han ido definiéndote y te han convertido en la persona que eres.
Por lo tanto son puntos transformadores, transforman de forma literal nuestra vida.
Sin cambio hay estancamiento, el cambio es necesario ya que permite nuestro desarrollo.
Podemos enumerar múltiples momentos de transición: cuando decidiste no tener hijos, el día del nacimiento de tu hijo, cuando decidiste tomar aquella penúltima copa y aún así coger el volante…, cuando enfermaste de estrés por el ambiente laboral…, cuando alguien que amabas murió y reinterpretaste la vida…
Podríamos hacer un listado hasta que se nos acabe la tinta, pero con esta pequeña muestra ya sabemos que cuando se generan, ya no hay marcha atrás.
Los puntos de inflexión se dividen en dos grupos:
1- Puntos de inflexión sin control (son los que no dependen de ti, suceden sin más y cambian tu destino), fenómenos naturales, decisiones de los demás, accidentes, pérdidas de seres queridos…
2- Puntos de inflexión autogenerados (los que tú provocas y ya sé que esta explicación sobra y me merezco la horca por redundante). Estos puntos de inflexión provocan cambios conscientes. Saltos sin red. Son enteramente nuestros. Nos pertenecen. Llevan la dirección que nosotros le queremos dar a nuestras vidas. Tenemos el control.
Todos los días tenemos el maravilloso poder de “poder” cambiar nuestro destino. Todos los días tomamos elecciones que redefinen nuestros futuros.
Hace poco tuve un punto de inflexión que no dependió de mí sino de la ley del sí es sí (y sí), ese punto de inflexión me ha llevado a escribiros así (con inefable devoción), y como lo que hoy es presente mañana será sólo pasado (ya ha dado como resultado un punto autogenerado).
Recordad queridos monstruos que estamos de paso, y permitiros muchas y nuevas experiencias.
No podemos evitar algunos puntos de inflexión, ocurrirán queramos o no, sólo tenemos que decir “ya basta” y poner en movimiento los puntos de inflexión deseados por nuestra voluntad. Están a nuestro servicio (y al servicio del Santo Oficio).
Tal vez tan sólo por placer o por algún otro maravilloso tormento…
tú ,¿qué punto de inflexión disfrutarías en este momento?
@Slowray, cariño mío, lo conseguirás seguro. Aunque hay cosas a las que uno no puede ni quiere renunciar. Tener debilidades no está nada mal, para vencerlas sólo hay que caer en ellas, son como las tentaciones… Tú déjate tentar… Un superbeso y mil gracias por contestar.
@Bocachancla, gracias por tu respuesta.
@Gremlin, guapísimo, hoy te has caído de la cama y con el frío que hace a ver si se te va a enfriar ese culito de mal asiento que tienes. Oye, pues yo unos churros sí que me comía ahora mismo. Me has abierto el apetito… Mira que eres bichejo. Ainssss…
@Eldearriba, buenas noches guapísimo. Vale, me has convencido. Venga, bájame el edredón corazón.
@Ancorage, qué bien leerte y qué mal cuando estés ahí por esas tierras alejadas de la mano De Dios… Pero hay que irse para poder volver y eso es bueno. Espero que aún falte mucho para ese momento y que cuando el momento llegue te lo pases muy bien. De momento seguiré disfrutando de ti y de tus inteligentes aportes. Que me gustan. Yo vi Juegos de Tronos de tirón, todas las temporadas juntas mientras se emitía la temporada ocho. Mi primera serie (antes no había visto ninguna otra por elección personal y porque no quería estar pendiente de la tele), y quedé enganchada para siempre a Netflix. Me la bebí. Hasta ese momento me resistía, no quería ser como mi grupo que eran todos devotos y no paraban de hablar de la serie (me parecían una pesadilla y les tenía prohibido hablar de Juegos de Tronos en mi presencia, pero claro no me hacían caso). Con Juego de Tronos yo era la única esquirola de mis amigos. Pero un día alguien llego a mi casa y me puso el primer capítulo en mi tele con su cuenta (que yo no sabía que se podía hacer eso), y hala… Me gustó tanto que ya no pude apartar los ojos de la pantalla. Tiene su aquel. Lo que lo pude disfrutar y sin esperas entre capítulos. Jajajaja. Siempre he dicho que soy una afortunada. Mil gracias por contestar. Un besote de los gordotes.
Buen domingo chavales. Espero que se os hayan pegado las sábanas como a mí. Que disfrutéis enormemente del día. ¡Besos!
Un punto de inflexión es esa ocasión que marca un antes y un después en tu historia. Esos momentos cambian para bien o para mal nuestros presentes. Desde el momento de tu nacimiento hasta ahora seguramente has pasado por varios puntos decisivos. Esos instantes decisivos han ido definiéndote y te han convertido en la persona que eres.
Por lo tanto son puntos transformadores, transforman de forma literal nuestra vida.
Sin cambio hay estancamiento, el cambio es necesario ya que permite nuestro desarrollo.
Podemos enumerar múltiples momentos de transición: cuando decidiste no tener hijos, el día del nacimiento de tu hijo, cuando decidiste tomar aquella penúltima copa y aún así coger el volante…, cuando enfermaste de estrés por el ambiente laboral…, cuando alguien que amabas murió y reinterpretaste la vida…
Podríamos hacer un listado hasta que se nos acabe la tinta, pero con esta pequeña muestra ya sabemos que cuando se generan, ya no hay marcha atrás.
Los puntos de inflexión se dividen en dos grupos:
1- Puntos de inflexión sin control (son los que no dependen de ti, suceden sin más y cambian tu destino), fenómenos naturales, decisiones de los demás, accidentes, pérdidas de seres queridos…
2- Puntos de inflexión autogenerados (los que tú provocas y ya sé que esta explicación sobra y me merezco la horca por redundante). Estos puntos de inflexión provocan cambios conscientes. Saltos sin red. Son enteramente nuestros. Nos pertenecen. Llevan la dirección que nosotros le queremos dar a nuestras vidas. Tenemos el control.
Todos los días tenemos el maravilloso poder de “poder” cambiar nuestro destino. Todos los días tomamos elecciones que redefinen nuestros futuros.
Hace poco tuve un punto de inflexión que no dependió de mí sino de la ley del sí es sí (y sí), ese punto de inflexión me ha llevado a escribiros así (con inefable devoción), y como lo que hoy es presente mañana será sólo pasado (ya ha dado como resultado un punto autogenerado).
Recordad queridos monstruos que estamos de paso, y permitiros muchas y nuevas experiencias.
No podemos evitar algunos puntos de inflexión, ocurrirán queramos o no, sólo tenemos que decir “ya basta” y poner en movimiento los puntos de inflexión deseados por nuestra voluntad. Están a nuestro servicio (y al servicio del Santo Oficio).
Tal vez tan sólo por placer o por algún otro maravilloso tormento…
tú ,¿qué punto de inflexión disfrutarías en este momento?
Por favor, debes
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@Slowray, cariño mío, lo conseguirás seguro. Aunque hay cosas a las que uno no puede ni quiere renunciar. Tener debilidades no está nada mal, para vencerlas sólo hay que caer en ellas, son como las tentaciones… Tú déjate tentar… Un superbeso y mil gracias por contestar.
@Bocachancla, gracias por tu respuesta.
@Gremlin, guapísimo, hoy te has caído de la cama y con el frío que hace a ver si se te va a enfriar ese culito de mal asiento que tienes. Oye, pues yo unos churros sí que me comía ahora mismo. Me has abierto el apetito… Mira que eres bichejo. Ainssss…
@Eldearriba, buenas noches guapísimo. Vale, me has convencido. Venga, bájame el edredón corazón.
@Ancorage, qué bien leerte y qué mal cuando estés ahí por esas tierras alejadas de la mano De Dios… Pero hay que irse para poder volver y eso es bueno. Espero que aún falte mucho para ese momento y que cuando el momento llegue te lo pases muy bien. De momento seguiré disfrutando de ti y de tus inteligentes aportes. Que me gustan. Yo vi Juegos de Tronos de tirón, todas las temporadas juntas mientras se emitía la temporada ocho. Mi primera serie (antes no había visto ninguna otra por elección personal y porque no quería estar pendiente de la tele), y quedé enganchada para siempre a Netflix. Me la bebí. Hasta ese momento me resistía, no quería ser como mi grupo que eran todos devotos y no paraban de hablar de la serie (me parecían una pesadilla y les tenía prohibido hablar de Juegos de Tronos en mi presencia, pero claro no me hacían caso). Con Juego de Tronos yo era la única esquirola de mis amigos. Pero un día alguien llego a mi casa y me puso el primer capítulo en mi tele con su cuenta (que yo no sabía que se podía hacer eso), y hala… Me gustó tanto que ya no pude apartar los ojos de la pantalla. Tiene su aquel. Lo que lo pude disfrutar y sin esperas entre capítulos. Jajajaja. Siempre he dicho que soy una afortunada. Mil gracias por contestar. Un besote de los gordotes.
Buen domingo chavales. Espero que se os hayan pegado las sábanas como a mí. Que disfrutéis enormemente del día. ¡Besos!