“Voyeur” o el “Ojo”
En el edificio de en frente de nuestras oficinas había una empresa de seguros bastante conocida, llena tíos y tías jóvenes con ganas de comerse el mundo. Aunque la calle que nos separaba era ancha, se podían distinguir las siluetas. Una noche haciendo el turno tarde, serían las 22:00, me pareció ver a un hombre en la ventana, pero era imposible a esas horas, terminaban a las 20:00. Me levanté, agudicé la vista y allí estaba , sí señor, un tío bastante alto, que miraba con unos prismáticos hacía donde estábamos nosotras. Corrí a contárselo a la supervisora (Pilar, tetona) y me dijo:
—Ah sí, ya le conocemos, se queda hasta tarde trabajando ¡y nos espía!
—¿Nos espía?
—No es preligroso, no te preocupes, sabemos que llama aquí, sabe lo que hacemos, es un buen cliente, te pide cosas y las tienes que hacer porque está mirando.
Como el Gusano Baboso, pensé, a ver si va a ser él (sigo obsesionada con este tío y mis ganas de conocerle).
—Cuando llame pásamelo, me gustaría oírle.
—Has hablado con él muchas veces, pero no te has dado cuenta, cambia la voz, mejor que todas nosotras juntas. Quédate donde estás y haz lo que te pida, te he puesto frente a las ventanas por algo, todas las que estáis allí es porque lo pide él, te vas a hinchar a medias horas te lo aseguro, ¿qué dices?...
Dije sí, me da morbo, resulta que un Voyeur no necesariamente se masturba viendo lo que ve, a lo mejor lo hace después, en su casa, quiere mirar hasta el último detalle. Las que estábamos en la zona de las ventanas, sabíamos que si nos pedía interactuar entre nosotras, tendríamos que hacerlo. Nerviosa, pero cachonda, me senté en mi silla, a dos metros de la siguiente (Cristina, una morena, de tetas turgentes, y bastante divertida y suelta en su manera de hablar).
Llamó (señal de Pilar: ¡es él!), me di la vuelta y allí estaba su silueta. Pseudo: “Ojo” (jolín, algo más original, coño, no sé: "Te veo y te deseo", "Cuanto más te mirro más me pirro", "Mirando y observando me estoy masturbando”). "¿Ojoooooo?", ¿en serio?[emoji33] Pues nada, ¡¡¡ojo al dato mentecato!!!
Entró su: “Ojo”, con una voz conocida, miré a Cristina, me miró y se rio y dijo:
—¡¡Empieza la fiesta feber!!
—Paloma, quítate las bragas y que yo lo vea, que Cristina coja tus bragas, que las huela y chupe a la vez, díselo —lo hice.
Momento de entendimiento entre las dos, sonrisa y adelante... Me las quito (tanga rosa con encajes), se las doy a oler y comienza a chuparlas, mientras las dos miramoss la silueta al otro lado de la calle (sigue ahí, de pie).
—Cristina, saca tus enormes tetas y métete las bragas de Paloma en medio y que Paloma se lo coma todo y te llene de babas.
Aquello era, tan morboso (con el consentimiento de la supervisora), era como hacer algo que se pasaba de la raya (¿y si nos estaba grabando?, en aquellos tiempos, a esa distancia, difícil). Seguí lamiendo pezones, escupiéndole en las tetas, comiéndome mi saliva y mis bragas, estaba a mil.
—Paloma, quítale las bragas a Cristina y métetelas, despacio en el coño, ponte frente a la ventana, que yo lo vea.
Entraron solas, las bragas de Cristina, negras y transparentes, se hundieron en lo más profundo de mi coño húmedo (como un camión cisterna).
—Cristina, frota tu coño contra el de Paloma con tus bragas dentro y tú con las suyas en las tetas.
Se puso encima de mí, en esa silla tan incómoda (a veces se cortaba la llamada, nos daba tiempo a alucinar, a reír, a comentar, y volvía). Se puso encima de mí, me ahogaba con sus tetas, frotando su coño contra el mío (con su braga dentro), era como si me estuviera penetrando una mujer, sentía presión y roce.
—Paloma, métele tus bragas por el culo a Cristina y cuando os vayáis a correr, sacáis las bragas la una de la otra, y os las cambiáis y a seguir trabajando.
Lo hicimos, la presión que las bragas de Cristina ejercían en mi coño, más el apretarse ella contra mí, consiguió que me corriese de la manera más guarra (piernas abiertas y postura rara, espatarrada, vamos). Cristina fue más fina, me puso el coño en la boca, y, apretando mi cabeza contra su coño, se frotó fuerte y acabó rápido.
Terminamos, nos miramos, nos reímos, miramos a “Ojo”, a ver si estaba, había desaparecido, pero juntas delante de la ventana, nos intercambiamos las bragas (yo me puse las de Cristina y viceversa), nos las pusimos, no fuera a ser... que nos viera que no hacíamos lo que nos había pedido. Pasé el resto de la jornada con unas bragas empapadas que no eran mías, mirando a la ventana y pensando: Cuando volverás “Ojo”, me tienes loca, y me haces ganar dinero y placer. ¡¡Vuelve!!
¡Todo por las comisiones!, ese día y todos los de “Ojo”, me hinché a comisiones y disfruté.
Sólo espero, que ese día Voyeur de mis entretelas, te masturbaras pensando en nosotras, yo lo hice, y también espero que algún día me dejes verlo, ¡¡¡a mí también me gusta miraaar muchoooo!!!
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