"Carla o la princesa Leia Organa"
Cuando todavía éramos jóvenes de veintitantos y se compartía piso, con dos o más personas y te sentías libre y emancipado porque pagabas tus gastos solita. Apareció Carla; californiana de ojos verdes, futuro prometedor (proyecto de ingeniera aeronáutica), luego entendí que le encantaba todo lo relacionado con naves que surcaban el cielo y el espacio.
Hablaba más o menos español, buscaba una habitación para un año o más y la llamamos. Venia con sus ahorros y hacer un master o curso con un importante profesor, de lo suyo, que era una eminencia y le iba a sumar puntos (imagino).
Era sosa (aparentemente) pero carnosa muyyy carnosa, grandes pechos, alta, elegante vistiendo, olía a flores, rubia, media melena, boca gruesa, roja y pequeña... y una gran enferma de Star Wars. Tenía unas sábanas de la peli, todo el vestuario, hecho a medida de Leia (su favorita). Leia princesa, Leia guerrera, Leia esclava de Jabba de Hut, este disfraz le hacía sentirse especialmente sexy y en sus noches de soledad lujuriosa se lo ponía y llamaba a líneas eróticas donde hablaba con quién fuera (mujeres en su mayoría) y se masturbaba pensando que al otro lado estaba Han Solo, Darth Vader, etc. Y aquí es donde entro yo...
Cuando Carla me confesó todas estás intimidades habían pasado muchos meses de convivencia, muchos vinos blancos, mucha complicidad.
Ella no supo dónde trabajaba yo hasta que me habló de sus aficiones a las líneas eólicas , y entonces sorprendida le dije: No te lo vas a creer, pero yo trabajo en eso!
Se rió... debió pensar que me cachondeaba, le dí el teléfono, le expliqué todo de cabo a rabo para que me creyera y al final le dije: Si no me crees llama de esta hora a está, mis pseudos son: este, este y este, ya verás!. Pero es caro, tú misma.
Carla bella y curvilínea, no tenía muy clara su sexualidad, le gustaban los hombres pero buscaba un Han Solo o un Darth Vader y no abundan. En su frustración, se refugiaba llamando a estas líneas, siempre y cuando estuviera borracha y fumada también.
Si se lanzaba, entraría como Leia Organa, para que la reconociera.
Y llego ese día: "Leia Organa busca esclava". Lo de esclava no me lo esperaba, pero allá que fuí. Yo con mi personaje de Martita la pequeñita, la que se hace la rubia (os acordáis), a la que le va el sado.
No pude mediar palabra, empezó a describirme su traje de Leia guerrera imperial y que yo era un soldado de asalto, ella conseguía dominarme, me quitaba el casco, me pegaba de hostias, me escupía y al final me obligaba a beberme su pis. Lo hice todo, de soldado, de Ewok lamedor de culo, de Jabba de Hut lamedor de pies...
Cuando llegué a casa, deseaba que estuviera dormida. Las barbaridades que me había hecho decir y hacer... Eso sí, estuvo casi cinco horas conectada.
Todo el mundo duerme, me voy a mi cuarto y allí estaba ella, esplendorosa de Leia princesa con sus dos ensaimadas (como digo yo), y me dice: tú eres Darth Vader, mi padre, ponte está máscara y fóllame con esto (un consolador que brillaba en la oscuridad cual espada láser).
Estaba loca, muy loca, lo sé, pero muy buena también.
La metí el consolador en la boca, la pegué, primero normal, luego me pidió más fuerte, la hice sangre en las nalgas y se la di a chupar. Me pidió que dijera frases de Darth Vader mientras la sodomizaba. Lo primero que me vino, por supuesto: "Yo soy tu padre" (se volvió loca). Me acordé de otra, mientras notaba su humedad:" Siento una perturbación en la fuerza" (madre mía, que gritos, que chorrear). Y me vino mi favorita mientras, quitándome la puta máscara la comía el coño y la follaba el culo: "La capacidad de destruir un planeta es algo insignificante comparado con el poder de la Fuerza". Dicho y hecho de corrió en mi boca, era una "mujer fuente", me llenó toda la cara con su corrida, y después se meó encima de mí. No puedo describir el calor, el placer, el olor... A mí, ni me tocó, se rió viéndome y me dijo: date una ducha y cambia las sábanas, otro día probamos con Chewbacca, y se fué.
Mi primera lluvia dorada, luego hubo muchas más, se me daba muy bien ir a pedirle su parte del alquiler como "Greedo" (el cazarecompensas, que trabaja para Jabba de Hut). Ahí mandaba yo, y la meaba yo. Así durante meses, en absoluto secreto y siempre como un juego. Un día se echó novio y se fue, me regalo sus sábanas de Star Wars, donde tantas veces nos habíamos corrido, meado, escupido, pegado y reído juntas.
Antes de irse me dijo: "Soy prisionera del beso que nunca debiste darme" (Anakin Skywalker).
Y yo respondí: Nos vemos en Tatooine (planeta donde vive Greedo).
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Dedicado a Carrie Fisher.