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"La mula"
Era medio colombiana y medio chilena, se llamaba Paula, 24 años, muy bellaaaaa.
No era una gran operadora, pero era muy servicial, hacía dobles turnos, porque no tenía otra cosa.
Nos la ponían como ejemplo de trabajadora ejemplar y entregada, pero no nos contaban lo que funcionaba realmente en ella.
Paula tenía un punto débil: la Soledad, su familia lejos de aquí.Necesitaba hablar, reír, tomar... y allí estaba yo, entre otras muchas.
Uno de esos días, un poco bebida, me confesó lo siguiente:
- Vengo de una familia de Narcos, mi madre estando embarazada de mi hermano fué mula y yo aprendí " el oficio", fuí mula durante siete años, con ese dinero me vine aquí a buscar algo distinto, una oportunidad, y aquí estoy. Con lo que gano en este trabajo podría vivir mi familia allí, así son las cosas.
- Lo único que les digo a los llamantes es que a mí me cabe en el coño y en el culo el vicio entero, y parece que les gusta...
- Por qué me cuentas a mí todo esto Paula?
- Porque me pareces Normal.
Seguimos bebiendo, bailando, riendo y de pronto me dijo: Quieres ver todo lo que me cabe dentro?
Tenía que haber dicho que no, pero el vicio y la curiosidad me pudo...
- Si, por favor
Fuimos al baño, no había demasiada gente, antes que terminara de cerrar la puerta se estaba quitando medias, bragas, etc.
Se chupó la mano, la muñeca, me la dió a mí a chupar, se sentó y se la metió casí de golpe en el coño, forzó un poco hasta que metió la muñeca, y toda ebria y bella me dijo:-ahora me lo haces tú.
Estaba sorprendida, extasiada, cachonda, perpleja, pero lo hice.Chupe mi mano, se la dí a chupar...
Primero dos dedos de golpe, luego tres, luego los cinco, retuerzo la mano y entra entera... estaba empapada, sigo hasta la muñeca mientras me masturbo a mí misma, y de pronto noto un río en mi mano (se ha corrido), sólo esa sensación hizo que yo me corriera también.
Acabamos la demostración, nos besamos.
Es cierto que no hace falta haber sido mula para que te entre el mundo dentro, pero en ese momento, esa época, me sorprendió tanto que no me lave la mano y cuando llegué a casa me masturbe con su olor.
Fuimos con la gente y antes de marcharnos cada uno a su casa me dijo algo que no olvidaré y que siempre me hace sonreír:
- "A las mujeres nos cabe un mundo dentro y lo sabemos llevar con elegancia".
Paula, la mula, real o ficticia, dejó de trabajar allí a los quince días y nadie supo jamás de ella.
Todavía hoy sigo intentando que me metan... o meterme el puño hasta más allá de la muñeca... disfrutando, claro.
Nota: Mula (en el lenguaje popular, persona que contrabandea algo con ella, a través de una frontera nacional o por medio de un avión).
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Era medio colombiana y medio chilena, se llamaba Paula, 24 años, muy bellaaaaa.
No era una gran operadora, pero era muy servicial, hacía dobles turnos, porque no tenía otra cosa.
Nos la ponían como ejemplo de trabajadora ejemplar y entregada, pero no nos contaban lo que funcionaba realmente en ella.
Paula tenía un punto débil: la Soledad, su familia lejos de aquí.Necesitaba hablar, reír, tomar... y allí estaba yo, entre otras muchas.
Uno de esos días, un poco bebida, me confesó lo siguiente:
- Vengo de una familia de Narcos, mi madre estando embarazada de mi hermano fué mula y yo aprendí " el oficio", fuí mula durante siete años, con ese dinero me vine aquí a buscar algo distinto, una oportunidad, y aquí estoy. Con lo que gano en este trabajo podría vivir mi familia allí, así son las cosas.
- Lo único que les digo a los llamantes es que a mí me cabe en el coño y en el culo el vicio entero, y parece que les gusta...
- Por qué me cuentas a mí todo esto Paula?
- Porque me pareces Normal.
Seguimos bebiendo, bailando, riendo y de pronto me dijo: Quieres ver todo lo que me cabe dentro?
Tenía que haber dicho que no, pero el vicio y la curiosidad me pudo...
- Si, por favor
Fuimos al baño, no había demasiada gente, antes que terminara de cerrar la puerta se estaba quitando medias, bragas, etc.
Se chupó la mano, la muñeca, me la dió a mí a chupar, se sentó y se la metió casí de golpe en el coño, forzó un poco hasta que metió la muñeca, y toda ebria y bella me dijo:-ahora me lo haces tú.
Estaba sorprendida, extasiada, cachonda, perpleja, pero lo hice.Chupe mi mano, se la dí a chupar...
Primero dos dedos de golpe, luego tres, luego los cinco, retuerzo la mano y entra entera... estaba empapada, sigo hasta la muñeca mientras me masturbo a mí misma, y de pronto noto un río en mi mano (se ha corrido), sólo esa sensación hizo que yo me corriera también.
Acabamos la demostración, nos besamos.
Es cierto que no hace falta haber sido mula para que te entre el mundo dentro, pero en ese momento, esa época, me sorprendió tanto que no me lave la mano y cuando llegué a casa me masturbe con su olor.
Fuimos con la gente y antes de marcharnos cada uno a su casa me dijo algo que no olvidaré y que siempre me hace sonreír:
- "A las mujeres nos cabe un mundo dentro y lo sabemos llevar con elegancia".
Paula, la mula, real o ficticia, dejó de trabajar allí a los quince días y nadie supo jamás de ella.
Todavía hoy sigo intentando que me metan... o meterme el puño hasta más allá de la muñeca... disfrutando, claro.
Nota: Mula (en el lenguaje popular, persona que contrabandea algo con ella, a través de una frontera nacional o por medio de un avión).
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