"La muchacha de las bragas de oro"
Conocí a una compañera obsesionada con los tatuajes. Era muy joven, de unos 18 años, parecía una Lolita, pequeña, menuda, rubia, ojos verdes y llenito el cuerpo de tatuajes. Se llamaba Mariana, y siempre me decía que su sueño era ser como la Mariana de la novela de Juan Marsé (la muchacha de las bragas de oro). Su sueño era tatuarse unas bragas doradas, pero era caro y doloroso.
Le encantaba contar a sus llamantes la cantidad de tatuajes que tenía en el cuerpo, en sus pezones, en su coño, en su vientre y que se los chuparan. Mientras los describía tocaba cada parte de su cuerpo que nombraba... Paloma se ponía mala...
Un día le pregunté, ansiosa: Por qué este enganche con tatuarte el cuerpo, por qué tú obsesión con Mariana y sus bragas de oro?, te da placer?
- Claro, tonta, que me toquen el cuerpo, que mi cuerpo sea un reflejo de lo que soy, me produce mucho placer. Mariana es un personaje libre y deshinibido, y nadie le puede quitar las bragas, porque eso me las voy a tatuar y cuando lo consiga te las enseñaré.
Pasó el tiempo y Mariana trabajaba bien. Le iba bien y seguía tocando sus pechos mientras explicaba sus pinturas. Me ponía mala...
Un día, se acercó a mi oído y me dijo cual niña traviesa... lo tengo, las llevo, quieres verlas? ya ha cicatrizado, son preciosas, doradas como el champán!
-Aquí, ahora, imposible?
-En mi casa, Palomita tonta!
- De acuerdo, pero es sólo curiosidad eh!
En mi absoluta ingenuidad, pensé que este Ser, compartiría un piso, algo moderno con amigos y amigas que trabajarían como ella en lo que pudieran. Pues no... cual fué mi sorpresa cuando me ví en una casa de puta madre con sus padres, que también iban tatuados (era el negocio familiar, cuando aquello se puso de moda).
-Mami (tono de niña pequeña), mi amiga Paloma. Está pensando en hacerse un tatuaje, es su primera vez y le voy a enseñar el catálogo para ver cuál le gusta! Nos preparas algo de cena?
-Perfecto. Ya que se llama Paloma, y es su primera vez, enséñale el del "Fenix" (ave que resurge de sus cenizas).
Vaya madre, vaya padre (que estaba más bueno que el pan, Jed Bridges, en todo su esplendor.
Entré en la habitación de Mariana, llena de fotos y dibujos de animales, símbolos y de uña foto de Victoria Abril de la película "la muchacha de las bragas de oro". Sin decir nada, Mariana se empezó a desnudar mientras se reía bajito, sus pechos eran pequeños todavía, sus pezones como dos fresones a punto de estallar... yo miraba ensimismada, alucinada, su cuerpo era un mapa precioso lleno de mensajes y colores. Se había coloreado los pezones, por eso eran tan rojos. En la entrada de su culo se había tatuado unas golondrinas emigrando pero hacía dentro [emoji33]. Y por fín, las bragas de oro, preciosas, pequeñas.
- Quieres tocar mis tatuajes, sentir su relieve?
- Siiiii quiero. Empecé por los pezones, sus fresas, seguí por su ombligo, unas estrellas, y llegué a sus bragas, dibujé la costura, por sus ingles y cuando llegué a su precioso y rasurado coñito paré... Me asusté, oí un ruido al otro lado de la puerta. Ay, coño, su padre o su madre. Vistete, Mariana, por favor.
- Tranquila, Palomita, él es un amigo de mi madre, no pasa nada, y folla como Dios...
-Puedo pasar niña?
- Pasa Papi!!
- Llego a tiempo... Palomita quiero ver como le comes el coño a mi niña, mientras yo pienso en qué parte de tu culo tatuarte!!
Me follé a Mariana, le comí las bragas, llegué a pensar que le borraba el tatuaje. El supuesto amigo de su madre, me folló fuerte contra la pared, me destrozó el culo, se corrió en mi cara y la de Mariana y nos hizo lamernos su semen la una a la otra.
- Toc, toc, la cena está lista, venís?
- Vamos enseguida Mami!!
Cené con ellos, hablamos de tatuajes, de Palomas y del Fenix que yo me haría alguna vez, a lo que la madre añadió; Ese día yo también quiero estar...
Pero esa es otra historia!
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