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SilviaMarNarváez motivadora holística 655767964

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Yo de niño quería ser astronauta. Abandoné esa aspiración por algo muy terrenal ya que terminé en una ingeniería de caminos. Nada mejor que ir a verte para sentir que puedo ser el astronauta que soñé, tú sin proponértelo me llevas siempre a la Luna.

Saludos en general y besos para ti en particular.
 
Hola preciosa SilviAmar,

En mi caso, sinceramente no recuerdo qué quería ser de mayor. ¡Han pasado tantos años! Quizá piloto de coches de carreras, porque tuve uno de pedales. Pero también tuve caballo de palo de escoba, así que quizá vaquero. De hecho lo sigo teniendo, bueno uno de ellos, porque tuve dos.

Luego ya en bachillerato pensaba estudiar historia o arqueología, pero no había muchas salidas profesionales, o al menos eso me dijeron. Y estudié una carrera que al final me ha permitido desarrollarme profesionalmente y hacer cosas que me gustan. ¡Y gracias a ello estoy aquí contándote mi vida!

Porque gracias a trabajar en determinada empresa en el momento justo, alguien pensó en mí para ofrecerme un traslado temporal a España. Y mira qué tan temporal ha sido, que más de la mitad de mi vida ha transcurrido en este país.

Mi trabajo me gusta, me ha permitido conocer gente, diversas empresas, participar en proyectos superinteresantes, uniendo las necesidades del negocio con la tecnología. En fin, yo creo que puedo sentirme muy satisfecho.

¡Hala! ¡¡Ahora a jubilarse!! Bueno, ¡recuerda también que muchas veces te he dicho que de mayor quiero ser como tú!🤪😉

Besos muchos.

G
 
¿Trabajas en aquello en lo que de joven imaginaste que trabajarías?

A mí me encanta mi ocupación. No me gusta llamarlo trabajo, yo prefiero decir que lo mío es arte y que soy una artista. La palabra “trabajo” tiene esa connotación negativa del castigo. ¡Ay Eva la que nos liaste! Y tú Adam mira que eres fácil de convencer hombre..., ¿no te podías haber resistido un poquito alma de cántaro?

“Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!". Génesis 3:19.

Hombre, ¿que se merecían la expulsión por desobedientes? Sííí… cierto es, que el pecado original no es baladí. Pero a mí me parece excesiva tanta inquina, total por un mordisquito de . Pero si además la manzana no debía de saber mucho. Mucho conocimiento y sabiduría tendría el árbol, que no digo yo que no. Pero el mordisco a la fuerza fue de esos de boquita de piñón, que seguimos aquí, con el sudor de la frente a cuestas y bien rebozados en el polvo de la tierra (aunque por suerte es cierto que siguen habiendo polvos que no parecen de este mundo).

Dedicamos tantísimas horas al trabajo para obtener un salario digno (?) con el que subsistir y así poder cubrir nuestras necesidades, que es condición sine qua non que al menos nos guste aquello a lo que nos dedicamos.

Es imposible encontrarse bien mentalmente si lo que haces no te gusta, ¿no creéis? Por no hablar de lo que cansa estar todo el día haciendo algo que no te apetece nada hacer.


Cuando le preguntas a alguien que a qué se dedica suele responder “soy” tal o cual cosa. “Soy”. Es fácil concluir que nuestras ocupaciones le dan sentido a nuestras vidas, que nuestros trabajos son parte básica en nuestro desarrollo existencial.

Que todos los miembros de la sociedad tengan acceso al empleo y lo ejerzan, es un derecho fundamental (permitidme unas risas). Esto es esencial para el propio desarrollo y sostenimiento de la misma sociedad. El empleo es pues la columna que vertebra la economía productiva. Facilita la participación y favorece la distribución de la riqueza. El que parte y reparte se queda con la mejor parte, que todos sabemos que ser rico cuesta mucho dinero.

No te voy a preguntar a qué dedicas tu tiempo productivo. Todos hemos soñado desde bien pequeños con nuestras profesiones ideales. Yo de pequeña quería ser monja, misionera. No te rías, que te lo juro por Snoopy. Aquel que me oía decirlo me decía que sí, que monja sí, pero en un convento de frailes. Ni idea de a qué se podían referir.

Estoy contenta, quería ser misionera y tengo una misión.

Y tú, ¿trabajas en aquello en lo que querías trabajar?

Buen domingo pequeños mostruos y os doy las gracias por anticipado por contestar.
Yo también quise ser astronauta de pequeño. Pero porque creía que los astronautas podían dar saltos de 8 metros (aunque no estuvieran en la Luna).
 
@Warez_2007, muchas gracias por contestar. Tú me llamas motivadora y el que contestes es lo que me motiva a mí…Besos.

@Eldearriba, buenas noches, el próximo día avísame y me voy a la Luna contigo. Muuuaks.

@Ghad, querido mío, yo sí que quiero ser como tú cuando sea mayor. Un verdadero lujo tenerte cerca my love. Un superbeso.

@Kraken, a ve, me dijiste que tu animal totémico era el Lobo, ¿no sería el canguro? Piénsalo… Jajajaja. Un abrazo amigo mío.

Buenas noches a todos. Mil gracias por contestar… Besotes a todos mis chavalotes. Que descanséis. ❤
 
A ver que voy retrasado y pones más deberes, Princesa, que las profes que tenía de jovenzuelo.
Aunque si te hubiera tenido de maestra hoy sería catedrático por lo menos.


— ¿Animal totémico? Uno ya lo sabes, el otro... El único que me dejaron tener de pequeño. Con su casa a cuestas siempre, la tortuga.
Ahuyentan a los ratones.


Un inciso. Con ese vestido verde acompañado de otros colores estás realmente imponente (más de lo habitual, me refiero).


— De pequeño quería ser policía o guardia civil. Afortunadamente cambié de opinión con el tiempo, no hubiera dado la talla (en estatura, por eso me hice justiciero).
Hoy, me encanta mi trabajo. No el sueldo ni muchas veces la forma de hacerlo pero me encanta.



— Aunque no es extremeño de nacimiento, Manolillo sí se siente de aquí. Por eso lo adoptamos.
Cumplirá 70 el mes que viene. Poesía con música.





— ¿La canción para sacarte a bailar? Una que escuchaba mucho de niño, que me sabía de memoria y después recuperó Bigas Luna en "Huevos de Oro".
No es de Julito como muchos pensaban (yo entre ellos).
Recuerdo la frase de Bardem que decía... "si tengo 2 (piiiii, censura) ¿por qué no puedo llevar 2 relojes?".
Eso sí, busca los tacones más altos que tengas (para mí) cuando te saque a bailar. Y tú te quitas los tuyos, así igualamos un poco.

Feliz semana, mi adorada poetisa y un millón de besicos.






 
Buenos días golondrina, mi jaca galopa y corta el viento cuando pasa por mi casa, caminito de la oficina, buenos días mi melocotona, aquí esta tu melocotontorrón.


Y también deseo una buena entrada, a los lectores y escribientes, ya sabéis lo que tenéis que hacer, a pintarse esa mueca en el getuño llamada sonrisa,
Y tú también @Silviamarnarváez, lávate la cara y fuera esas legañas que tú eres como una legaña para mí, no soy capaz de abrir los ojos y pensando en ti y qué decirte bonito, ata la jaca a la estaca, eeeeeaaaaa cachorra tira pa el monte, cordera de mi corazón, muy buenos días nena. Muaaaaaks si tú quieres volar, como un ave, móntate en mi columpio.

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¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?

Tengo grabada a fuego una conversación de hospital. Yo trabaja allí y él se moría. Manuel era un moribundo de esos a los que no puedes dejar de agarrarle la mano. Te atrapaba con sus delgados dedos largos y azules, sin fuerza, pero no te soltaba. Iba a su cuarto cuando acababa mi turno, a veces iba antes de empezarlo. Manuel estaba solo. No recibía visitas. Su enfisema pulmonar hacía difícil las ya de por sí difícil charlas. Yo agudizaba el oído para escucharle filosofar.

No se arrepentía de nada decía, salvo de no haber dedicado el suficiente tiempo a los suyos. Conocía el color de las puestas de Sol de cada aeropuerto. Había viajado por todo el mundo de reunión en reunión. Sus soles salían a la misma velocidad a la que sus seres queridos salían de su vida. Nunca estaba. Llegaba tarde a la vida de todos y un día los demás dejaron de esperarle.

—Niña (yo entonces era muy joven y allí me llamaban “la niña”), ten claras tus prioridades. No conviertas tu trabajo en un fin (decía así de bajito, tan trabajosamente que casi ni se le oía).

Me dijo una cosa que soy incapaz de olvidar y (que después me dijeron que era una máxima budista):

“Sólo tenemos dos vidas niña. La segunda comienza cuando descubres que sólo tienes una vida”.

Él, eso lo descubrió muy tarde, y murió antes de que yo siquiera llegara a entender el alcance de lo que me decía. Una mañana llegue pronto para poder charlar con él. Ya no estaba.


He procurado trabajar para vivir, pero reconozco que muchas veces me dejo llevar por la inercia del trabajo, me pierdo mil cosas de la vida que no espera y que pasa a toda velocidad.

Cada día recuerdo a Manuel y sus sabias palabras. Mi segunda vida empezó el día que él murió.

Y tú, ¿vives para trabajar o trabajas para vivir?



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@TheSpirit, cielote lindo, Jajajaja, eso de que las tortugas ahuyentan a los ratones no lo sabía… A mí me hubiera gustado ser maestra (mis hermanos me llaman Señorita Rottenmeier), pero aquí el maestro eres tú, que siempre me enseñas un montón de cosas.

Eres el maestro musical más sabio. Mírale a él… Y yo encantada. Que no sé que tengo con los maestros, alguna querencia cuántica, que cuando conozco alguno (sin saber siquiera que lo es) suelo forjar amistad con ellos. Me pasa siempre y me hace mucha gracia que así sea. Me resulta cuando menos curioso. Ya sé que no eres maestro, pero a mí me enseñas muchas cosas.

Mil gracias por la poesía con música y por la música. Inmejorable. Como tú… Buen comienzo de semana.

@Gremlin, hola hola, qué bien comenzar la semana con tus locuras que me hacen sonreír. Espero que hayas empezado el día de hoy con muchísima energía, que eso de que le hayas quitado los tornillos al columpio me lo creo, estás castigado y ya puedes echar a correr… Un, dos, tres… Ya. Jajajaja. Ya verás cuando te pille.

Buen inicio de semana cielote. Un abrazote.
 
¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?


Buen día reina mía...

Tu primera frase me ha recordado este relato, ampliamente difundido en internet desde hace unos años. No obstante lo pego por si alguien no lo conoce:

Las Piedras y el Frasco:
Cierto día un motivador estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.

De pie frente a un auditorio compuesto por gente muy exitosa dijo:

Quisiera hacerles una pequeña demostración…

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un cubo lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más preguntó al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa cómo de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No!, replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.
 
¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?

Tengo grabada a fuego una conversación de hospital. Yo trabaja allí y él se moría. Manuel era un moribundo de esos a los que no puedes dejar de agarrarle la mano. Te atrapaba con sus delgados dedos largos y azules, sin fuerza, pero no te soltaba. Iba a su cuarto cuando acababa mi turno, a veces iba antes de empezarlo. Manuel estaba solo. No recibía visitas. Su enfisema pulmonar hacía difícil las ya de por sí difícil charlas. Yo agudizaba el oído para escucharle filosofar.

No se arrepentía de nada decía, salvo de no haber dedicado el suficiente tiempo a los suyos. Conocía el color de las puestas de Sol de cada aeropuerto. Había viajado por todo el mundo de reunión en reunión. Sus soles salían a la misma velocidad a la que sus seres queridos salían de su vida. Nunca estaba. Llegaba tarde a la vida de todos y un día los demás dejaron de esperarle.

—Niña (yo entonces era muy joven y allí me llamaban “la niña”), ten claras tus prioridades. No conviertas tu trabajo en un fin (decía así de bajito, tan trabajosamente que casi ni se le oía).

Me dijo una cosa que soy incapaz de olvidar y (que después me dijeron que era una máxima budista):

“Sólo tenemos dos vidas niña. La segunda comienza cuando descubres que sólo tienes una vida”.

Él, eso lo descubrió muy tarde, y murió antes de que yo siquiera llegara a entender el alcance de lo que me decía. Una mañana llegue pronto para poder charlar con él. Ya no estaba.


He procurado trabajar para vivir, pero reconozco que muchas veces me dejo llevar por la inercia del trabajo, me pierdo mil cosas de la vida que no espera y que pasa a toda velocidad.

Cada día recuerdo a Manuel y sus sabias palabras. Mi segunda vida empezó el día que él murió.

Y tú, ¿vives para trabajar o trabajas para vivir?
Buenos días amigos, buena pregunta la de hoy.

Pues creo que a veces de una forma y a veces de otra, aunque al final, debe prevalecer lo importante, que es ser y sentirse feliz con lo que hace uno. En mi caso, cada vez más, trabajo para vivir, pues la madurez te va enseñando que cada vez nos queda menos tiempo para disfrutar de las cosas pequeñas y por tanto el trabajo pasa a segundo, tercero o cuarto plano. No, definitivamente no soy un “workaholic”.

Que paséis un buen día y gracias a Silvia por los temas de debate diarios.
 
¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?
Como decía mi padre, sarna con gusto no pica, yo en esta etapa creo que estoy trabajando para vivir, ya que disfruto con él y la mierda de sueldo me llega para disfrutar y caprichos, o sea que disfruto trabajando, aunque me he pensado dejarlo varias veces y empezar a vivir otra vez para trabajar, pero recuerdo esa fase que ya tuve, y me contesto yo solo: si disfruto de mi trabajo quiere decir que estoy disfrutando de la vida, y pienso prefiero disfrutar de la vida y no que el trabajo disfrute de mi tiempo, el sueldo no será bueno, pero mi tiempo en la vida no tiene precio.
@Silviamarnarváez, la historia de Manuel me ha llegado muy profundo y me ha saltado la lágrima.
Un besito en la mejilla capullita.
 
Buenos días @Silviamarnarváez, pues interesante pregunta, aunque todos pensamos que trabajamos para vivir, la realidad es que la mayoría vivimos para trabajar, los recibos y las facturas, a veces caprichos innecesarios nos obligan a vivir para trabajar más de lo que quisiéramos.


Os dejo aquí la reflexión de José Mújica el expresidente de Uruguay que habla sobre ello muy acertadamente.



“Las cosas no las compramos con dinero, sino con el tiempo de vida que gastamos para ganar ese dinero, y tiempo de vida es lo único que no se puede comprar”.
 
@Horus, mil gracias por traerme como siempre tan buenas noticias. Es un placer auténtico leerte… Beso.

Buenos días @Silviamarnarváez, pues interesante pregunta, aunque todos pensamos que trabájanos para vivir, la realidad es que la mayoría vivimos para trabajar, los recibos y las facturas, a veces caprichos innecesarios nos obligan a vivir para trabajar más de lo que quisiéramos.


Os dejo aquí la reflexión de José Mujica el expresidente de Uruguay que habla sobre ello muy acertadamente



“Las cosas no las compramos con dinero, si no con el tiempo de vida que gastamos para ganar ese dinero, y tiempo de vida es lo único que no se puede comprar”
@Miranda, costillita, interesante punto de vista el tuyo. No te imaginas lo que el Señor Múijica me gusta cuando filosofa. La verdad que este hombre que ha tenido una vida absolutamente intensa y denostable (según algunas personas a las que he escuchado argumentar), tiene unos puntos de lo más ideales sobre muchas cositas de la vida. Me gusta oírle. Me gusta mucho más oírte a ti (sobre todo algunas cositas bonitas que me sabes decir).


Trabajas para vivir o vives para trabajar?
Cómo decía mi padre, sarna con gusto no pica, yo en esta etapa creo que estoy trabajando para vivir, ya que disfruto con el y la mierda de sueldo me llega para disfrutar y caprichos, osea que disfruto trabajando, aunque me he pensado dejarlo varias veces y empezar a vivir otra vez para trabajar, pero recuerdo esa fase que ya tuve, y me contestó yo solo si disfruto de mi trabajo quiere decir que estoy disfrutando de la vida, y pienso prefiero disfrutar de la vida y no que el trabajo disfrute de mi tiempo, el sueldo no será bueno, pero mi tiempo en la vida no tiene precio.
@Silviamarnarváez, la historia de Manuel me ha llegado muy profundo y me ha saltado la lagrima.
Un besito en la mejilla capullita.
@Gremlin, no era mi intención provocarte lágrimas con la historia de Manuel. El hombre demostró una dignidad asombrosa hasta el último hálito de su vida. Hasta ese momento yo (por suerte) no había tenido que enfrentarme más que a una pérdida en mi vida, pero era demasiado joven para haberlo interiorizado. Manuel fue mi primer asiento vacío, aunque jamás se sentara a mi mesa. Un beso y gracias por contestar, muy tú en tu respuesta. Bravo.


Buenos días amigos, buena pregunta la de hoy.

Pues creo que a veces de una forma y a veces de otra, aunque al final, debe prevalecer lo importante, que es ser y sentirse feliz con lo que hace uno. En mi caso, cada vez más, trabajo para vivir, pues la madurez te va enseñando que cada vez nos queda menos tiempo para disfrutar de las cosas pequeñas y por tanto el trabajo pasa a segundo, tercero o cuarto plano. No, definitivamente no soy un “workaholic”.

Que paséis un buen día y gracias a Silvia por los temas de debate diarios.
@Luizpereira, tienes razón, creo que los años nos dan ese puntito de sabiduría y ese otro puntito de relatividad que nos hace ver la vida desde otro ángulo y valorar cada vez más lo que de verdad importa. Gracias por contestar por aquí. Que participes y me des tu opinión es un honor para mí.


Buen día reina mía...

Tu primera frase me ha recordado este relato, ampliamente difundido en internet desde hace unos años. No obstante lo pego por si alguien no lo conoce:

Las Piedras y el Frasco:
Cierto día un motivador estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.

De pie frente a un auditorio compuesto por gente muy exitosa dijo:

Quisiera hacerles una pequeña demostración…

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un cubo lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más preguntó al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa cómo de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No!, replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.
@Ghad, ay mi Ghad mi Ghad mi Ghad. Qué historias más bonitas sabe contar siempre. Eres un pozo de relatos interesantes y tienes una inteligencia sagaz y sardónica que me encandila. Mil gracias Sir “G” de mi corazón.

Hasta ahora creo que he trabajado para vivir la pregunta del millón para mí será si seré capaz de dejar de trabajar.
@Jersey, si eres capaz de encontrar la respuesta a la pregunta de el millón haz el favor y comparte conmigo la resolución de la duda. Es algo que yo también me pregunto, y tal y como va el mundo mi respuesta por ahora es “no”. Pero como soy de las positivas y no admito un “no” por respuesta, aquí sigo dirimiendo esa misma cuestión. Deberíamos de poder. Porque seguro que los dos queremos, y el que quiere puede ¿o no? Un besazo de los gordotes. Muchísimas gracias por darme tu opinión.

Buenas tardes chicos. Es la primera vez que uso el multicita, a ver qué churro de post me sale. Que mira que llevo años paseando por estos lares y aún con dudas informáticas de nivel parvulario. Que me salga, que me salga… Jajajaja. Un besazo.


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Hola preciosa, llevaba un tiempo sin aparecer por tu hilo, pero ya sabes "el hombre propone y Dios dispone" que dice el refrán.
Me ha encantado el nuevo formato que ha tomado tu hilo, te felicito, has conseguido llevarlo por donde a ti te gusta.

Bueno como llevo retraso intentaré responder a unas cuantas de tus más que interesantes preguntas, pues todos nos las hacemos en algún momento
empezaremos por el final.

¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Yo he tenido la fortuna de que mi trabajo haya coincidido con una pasión, por lo que se puede decir que además
de trabajar he disfrutado haciéndolo y me ha permitido vivir. Esto que en principio puede parecer una ventaja se te puede convertir en tu peor enemigo
ya que cuando disfrutas haciendo algo el tiempo se pasa volando y puedes trabajar muchas más horas de las que debes.


Vamos a por la canción, difícil jugárselo a una carta... ahí intentare ir a lo seguro, espero que te guste.


Consejo si no tienes el tono y la voz del intérprete, por favor no se la cantes al oído, acabará en fracaso total.
Qué sería de nosotros sin la música...


Vamos con los animales, tengo dos que son completamente antagónicos (será que soy géminis) uno es el guepardo y el otro un boxer.
El primero es una explosión de velocidad, querer hacer todo y todo muy deprisa, la impaciencia; y el otro es todo lo contrario, tranquilo
juguetón, y un compañero fiel hasta la muerte.





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En cuanto a la lotería tengo que decir que estoy totalmente de acuerdo contigo, poca publicidad, usarlo con mucha cabeza donde y cuando se necesite.
Aunque sería difícil no darse algún capricho teniendo en cuenta que ya nos los damos sin que nos toque ningún premio.

Bueno preciosa, como dicen otros refranes "lo poco agrada lo mucho enfada" creo por por hoy ya te dado el tostón bastaste.

Un besazo, te veo pronto.
 
@Silviamarnarváez, respecto a su pregunta, no sé nada sobre el trabajo, sólo vivo la vida por suerte, por una herencia tengo dinero y no he sabido lo que es ir a trabajar, o sea que cuando desocupe su agenda nos podríamos gastar un par de miles de euros, la vida del rico aunque parece bonita es muy solitaria, todo los que te rodean sólo te quieren por el interés, y a mí lo que me gusta son las mujeres como usted, las que se hacen de rogar, por eso me pone usted mucho.
 
¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?

Tengo grabada a fuego una conversación de hospital. Yo trabaja allí y él se moría. Manuel era un moribundo de esos a los que no puedes dejar de agarrarle la mano. Te atrapaba con sus delgados dedos largos y azules, sin fuerza, pero no te soltaba. Iba a su cuarto cuando acababa mi turno, a veces iba antes de empezarlo. Manuel estaba solo. No recibía visitas. Su enfisema pulmonar hacía difícil las ya de por sí difícil charlas. Yo agudizaba el oído para escucharle filosofar.

No se arrepentía de nada decía, salvo de no haber dedicado el suficiente tiempo a los suyos. Conocía el color de las puestas de Sol de cada aeropuerto. Había viajado por todo el mundo de reunión en reunión. Sus soles salían a la misma velocidad a la que sus seres queridos salían de su vida. Nunca estaba. Llegaba tarde a la vida de todos y un día los demás dejaron de esperarle.

—Niña (yo entonces era muy joven y allí me llamaban “la niña”), ten claras tus prioridades. No conviertas tu trabajo en un fin (decía así de bajito, tan trabajosamente que casi ni se le oía).

Me dijo una cosa que soy incapaz de olvidar y (que después me dijeron que era una máxima budista):

“Sólo tenemos dos vidas niña. La segunda comienza cuando descubres que sólo tienes una vida”.

Él, eso lo descubrió muy tarde, y murió antes de que yo siquiera llegara a entender el alcance de lo que me decía. Una mañana llegue pronto para poder charlar con él. Ya no estaba.


He procurado trabajar para vivir, pero reconozco que muchas veces me dejo llevar por la inercia del trabajo, me pierdo mil cosas de la vida que no espera y que pasa a toda velocidad.

Cada día recuerdo a Manuel y sus sabias palabras. Mi segunda vida empezó el día que él murió.

Y tú, ¿vives para trabajar o trabajas para vivir?



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@TheSpirit, cielote lindo, Jajajaja, eso de que las tortugas ahuyentan a los ratones no lo sabía… A mí me hubiera gustado ser maestra (mis hermanos me llaman Señorita Rottenmeier), pero aquí el maestro eres tú, que siempre me enseñas un montón de cosas.

Eres el maestro musical más sabio. Mírale a él… Y yo encantada. Que no sé que tengo con los maestros, alguna querencia cuántica, que cuando conozco alguno (sin saber siquiera que lo es) suelo forjar amistad con ellos. Me pasa siempre y me hace mucha gracia que así sea. Me resulta cuando menos curioso. Ya sé que no eres maestro, pero a mí me enseñas muchas cosas.

Mil gracias por la poesía con música y por la música. Inmejorable. Como tú… Buen comienzo de semana.

@Gremlin, hola hola, qué bien comenzar la semana con tus locuras que me hacen sonreír. Espero que hayas empezado el día de hoy con muchísima energía, que eso de que le hayas quitado los tornillos al columpio me lo creo, estás castigado y ya puedes echar a correr… Un, dos, tres… Ya. Jajajaja. Ya verás cuando te pille.

Buen inicio de semana cielote. Un abrazote.
Ya no soy trabajador activo. Durante buena parte de mi juventud y primera etapa de mi madurez he vivido para trabajar. Los años posteriores a un infarto viví para trabajar y por muy poco no vivo por el trabajo.

Buenas noches bonita.

Saludos en general y besos para ti en particular.
 
Estado
No está abierto para más respuestas.
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